La humillante detención del general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa de México, es apenas el inicio de una serie de acusaciones e investigaciones que el gobierno de Estados Unidos tiene en curso a través de la DEA y de otras agencias federales. Todas las acusaciones se basan en declaraciones del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, quien proporcionó una lista de exfuncionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto que colaboraron y brindaron protección al Cártel de Sinaloa y a sus aliados durante el sexenio pasado.

De acuerdo con fuentes del gobierno mexicano, que han tenido acceso a la información proporcionada por las autoridades estadounidenses sobre las investigaciones que dieron pie a la captura de Cienfuegos Zepeda, el exjefe militar no es el único que estaba en la mira de la DEA; otros militares de alto rango, tanto del Ejército como de la Secretaría de Marina en el sexenio peñista también han sido involucrados por las declaraciones del Chapo Guzmán y a varios de ellos se les han abierto expedientes y también podrían ser detenidos si llegan a pisar territorio de Estados Unidos.

En esa lista, según las fuentes mexicanas, también están varios exintegrantes del gabinete del expresidente Peña que colaboraron en áreas de seguridad y en el manejo de la política interna, algunos muy cercanos al grupo mexiquense, que hoy ocupan posiciones legislativas en el Congreso mexicano, y otros que también son generales del Ejército y que estuvieron en el desaparecido Estado Mayor Presidencial en el anterior gobierno. “Apenas unos cuantos del gabinete peñista se salvarían de estas investigaciones que abarcan lo mismo las FuerzasArmadas, que la seguridad, Gobernación, migración, aduanas y hasta compadres de Peña Nieto. Quizás sólo dos exsecretarios peñistas podrían salvarse, Aurelio Nuño y Luis Videgaray, este último por su cercanía y sociedad con Jared Kushner”, comentó una de las fuentes.

Es decir, que con la información que le proporcionó a la DEA y a los Fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Joaquín El Chapo Guzmán habría ejecutado su venganza contra quienes en su momento recibieron dinero por protegerlo y luego lo traicionaron, primero con su detención el 22 de febrero de 2014, cuando fue llevado al Penal de Máxima Seguridad de El Altiplano, en Almoloya, de donde escaparía un año después, el 11 de julio de 2015, quizás también pagando a funcionarios del gobierno peñista, para ser recapturado 6 meses después en Los Mochis, Sinaloa, el 8 de enero de 2016.

Así que, si la detención del ex secretario de la Defensa cimbró a las Fuerzas Armadas y sacudió a las estructuras del viejo sistema político mexicano, preparémonos para otras posibles detenciones de funcionarios del más alto nivel en el gobierno de Peña Nieto. Desde exsecretarios de Estado hasta otros militares de cuatro estrellas y almirantes, así como exdirectores de áreas estratégicas de seguridad, aduanas y migración. Todos estarían en estos momentos en el radar del gobierno de Estados Unidos, en buena parte por las actuales campañas presidenciales en curso, pero incluso más allá de ellas. Es de tal tamaño y de tal peso la lista de nombres que tienen en la DEA, la mayoría de ellos mencionados por El Chapo Guzmán en sus declaraciones y testimonios para la justicia estadunidense, que incluso el expresidente de la República,Enrique Peña Nieto, no podría pisar en estos momentos el suelo de Estados Unidos sin que pudieran detenerlo. Es decir que Peña ya no podrá ir a Nueva York a los restaurantes que tanto le gustaba visitar con su nova Tania Ruiz.

NOTAS INDISCRETAS…

El primer aviso de que había una investigación en contra del general Cienfuegos lo recibió el presidente López Obrador hace dos semanas y fue la embajadora en Washington, Martha Bárcena, la encargada de darle ese primer informe al presidente. La diplomática no tenía todos los detalles, pero sí avisó que el expediente estaba en manos de la DEA y que estaban tras la pista del exsecretario de Defensa, ya sea para solicitar una posible detención con fines de extradición o, para detenerlo, como finalmente sucedió, en cuanto pisara territorio estadunidense. El presidente, entonces, sí sabía que irían contra el general y debió preparar el terreno con las Fuerzas Armadas… En la telenovela de mal gusto en que se ha convertido Morena, las denuncias de Porfirio MuñozLedo sobre los “gastos millonarios de campaña” que ha realizado Mario Delgado, tienen que ver en buena parte con las decenas de anuncios espectaculares que aparecieron en varias ciudades de la República promocionando la imagen y la candidatura del diputado Delgado para dirigir al partido oficial. El propio Mario asegura que él no pagó por esos anuncios ni pidió que los instalaran y que “algunos amigos” que quisieron ayudarlo fueron los que contrataron y pagaron esos espacios cuyo costo no es algo menor. Y uno de esos amigos, que se encargó de contratar la instalación en varias ciudades de anuncios espectaculares a favor de Mario Delgado, fue el presidente de la Comisión de Presupuesto de San Lázaro, Erasmo González Robledo. El diputado tamaulipeco, que es morenista de reciente cuña, en realidad hizo gala de su estilo priista, partido en el que militó durante toda su carrera en la que fue diputado local en Tamaulipas y funcionario en el gobierno de Eugenio Hernández. El sello priista está muy claro detrás de la estrategia de los anuncios espectaculares, lo que no queda muy claro es de dónde salió tanto dinero para pagarlos. Y eso es lo que dio pie a que Porfirio denunciara a Mario Delgado ante la Fepade… A propósito de priistas, anoche el dirigente nacional de ese partido, Alejandro Moreno, festejaba lo que llamaba “el regreso del PRI” y sin dar cifras, porque había un grave retraso en el PREP de Hidalgo que no arrojaba aun tendencias oficiales, se hablaba en la sede de Insurgentes Norte de que los candidatos priistas habrían ganado hasta 13 de 16 diputaciones de mayoría en el Congreso hidalguense y en al menos 25 municipios importantes, 10 más de los que gobiernan ahora. En Coahuila no manejaban aún cifras, pero también hablaban en la oficina de Alito de que su partido “arrasó a Morena” en la entidad coahuilense. Veremos si hoy las cifras oficiales respaldan el festejo y el supuesto “regreso priista” que, de confirmarse, equivaldría a dos cosas: que el dinosaurio al que muchos vemos ya casi moribundo aún mueve una patita, y que Morena, con todo y el aparato que desplegó y su lluvia de apoyos directos en dinero a través de los programas sociales, aún no logra penetrar en los bastiones de otros partidos políticos, en este caso del PRI… Los dados mandan Serpiente doble. La semana pinta difícil.

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