2 de octubre no se olvida.

En muchos países, desarrollados o no, uno de los principales problemas de las finanzas públicas es la evasión fiscal de grandes empresas y de ricos. Mientras que a los trabajadores dependientes se nos descuentan los impuestos de manera automática, las grandes corporaciones pagan a sus “creativos” contables para no pagar impuestos, para que se les condonen, para usar facturas falsas, para que paguen y luego se les devuelva lo pagado y todo lo que se les ocurra, con tal de evadir esa responsabilidad social.

El pago de impuestos es esencial para financiar, por ejemplo, la salud y la educación públicas, la ciencia y la tecnología, el desarrollo social y agropecuario, la construcción de infraestructura, etc. Así que, no pagar impuestos equivale a robar dinero a los que más lo necesitan.

Apenas el 16 de septiembre, Joe Biden, presidente de EU se refirió al tema y a la necesidad de que los súper ricos paguen los impuestos que ya deben y que son del orden de los 160 mmdd, es decir, 3.2 billones de pesos, la mitad del presupuesto del gobierno federal de México este año.

Y López Obrador también se refirió al tema el 21 de septiembre, cuando dio a conocer una lista de 58 empresas que se vieron beneficiadas con la condonación de impuestos por más de mil millones de pesos, en los dos últimos sexenios. Un total de 366 mmdp por las 58 empresas. A esto habría que agregar lo condonado a empresas con montos inferiores a mil mdp.

Es así como descubrimos que el pueblo de México ha venido subsidiando a empresas privadas no sólo mexicanas sino también extranjeras, lo que es verdaderamente absurdo. Hemos estado subsidiando a empresas extranjeras que no tienen ninguna necesidad de ser subsidiadas por un país con 60 millones de pobres que dejó el neoliberalismo en México.

Subsidiamos, en esos dos sexenios, a las norteamericanas Citigroup, General Motors, Procter & Gamble, Hewlett-Packard, Sabritas, Halliburton, IBM y Ford, entre otras. Pero también a empresas europeas y asiáticas, como Bancomer, Volkswagen, Roche, HSBC y Arcelormittal, entre otras.

De acuerdo con un estudio de la Auditoría Superior de la Federación, de 2013, la devolución de impuestos alcanzó en 2011 los 219 mil millones de pesos, lo que equivalía al presupuesto total de 11 años del estado de Querétaro. Así que no son cacahuates, es un dineral y el gobierno de la 4T, finalmente, está poniendo orden en este asunto. Ya era hora. Se lo merece el pueblo de México.

Presidente del Consejo Estatal de Morena

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