Alfonso Romo, el jefe de la Oficina de la Presidencia y enlace con empresarios de Andrés Manuel López Obrador, brilló por su ausencia ayer durante el anuncio en el que los líderes de las cúpulas empresariales limaron asperezas con el director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, por los contratos de gasoductos. 
 
Carlos Slim fue el primero en salir ante los medios para presenciar la conferencia matutina de Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional. Detrás de él venían Carlos Salazar, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE); Antonio del Valle, líder del Consejo Mexicano de Negocios (CMN); y Carlos Ruiz Sacristán, presidente de IEnova, una de las compañías afectadas por la renegociación de contratos que solicitó Bartlett tras denominarlos ‘ventajosos’ y ‘leoninos’. 
 
Y ahí estaban, sentados, a un lado del podio desde donde el Presidente dirige sus mensajes, tres de los empresarios más importantes del país, escuchando que el gobierno se ahorrará 4 mil 500 millones de dólares con la renegociación de los contratos de gasoductos y que por ello las compañías involucradas obtendrán menos utilidades, pero que al final de cuentas era "un buen acuerdo para todos".
 
La conferencia del martes fue quizá la mañanera en la que el presidente López Obrador ha enviado la mayor cantidad de mensajes a los inversionistas, tanto a los mercados internacionales como a los empresarios nacionales, y también a sus colaboradores: a los moderados y a los más radicales.
 
El estancamiento económico y la muy posible nueva degradación de la calificación crediticia de Pemex y CFE obligaron al Presidente a mostrar una postura de conciliación y de respeto al Estado de Derecho; este último, uno de los reclamos más sentidos de la clase empresarial tras la cancelación del proyecto aeroportuario de Texcoco, que a juzgar por los dichos de Carlos Slim no está tan muerto como se pensaba. 
 
Se requería en escena de un Manuel Bartlett derrotado, sumiso ante la alegría de su jefe, quien pedía aplausos a los medios de comunicación y se mostró receptivo ante un grupo de empresarios que le repitieron que los contratos firmados con la CFE de ninguna manera fueron ‘ventajosos’ o ‘leoninos’.
Por ello, causó extrañeza que no se presentara a tan conmemorativo anuncio el enlace con empresarios de Andrés Manuel López Obrador, a quien los hombres de negocios convocados tienen en muy buena estima.

La realidad es que Alfonso Romo simplemente no fue invitado al evento público, según confirmaron personas cercanas al empresario, quienes coinciden en dos hipótesis: la primera, debido a las declaraciones que dio el viernes ante inversionistas de Nuevo León sobre que el Presidente “no tiene una política energética clara”; y la segunda, “porque no querían colgarle una medalla que es de Andrés Manuel, sobre todo frente a un vapuleado Manuel Bartlett”, con quien por cierto Romo no se lleva muy bien. 
 
Romo, sin embargo, se incorporó al desayuno que sostuvieron el grupo de empresarios con el Presidente tras la conferencia de prensa. Los asistentes dijeron que ahí, el jefe de la Oficina de la Presidencia recuperó color y volvió a asumir el rol de negociador.

Un detalle importante es que platicó, durante varios minutos, con su amigo Carlos Slim en su despacho de Palacio Nacional.

Aquí le contamos cómo Romo junto con Carlos Slim y Carlos Bremer suelen departir lo mismo en casa de alguno de los dos Carlos para jugar dominó, que en el rancho La Silla del jefe de la Oficina de la Presidencia, o bien en el palco del estadio de beisbol de Monterrey acompañados del hijo del Presidente, Gonzalo Alfonso López Beltrán. 
 
Lo cierto es que tras las conferencia del martes, los mensajes al interior del gabinete quedaron muy claros: los focos rojos de la economía impiden que, por el momento, el gobierno entre de nueva cuenta en confrontaciones directas con los empresarios. 
 
Y todo esto, a pesar de los spots que circulan sobre la separación del poder político y el poder económico. 
 
Aval a Crédito Maestro
El que se acaba de sumar a un selecto grupo de empresas de la talla de Grupo Salinas, Compartamos Banco, AT&T, Telefónica Movistar y KIO Networks, entre otras, es Crédito Maestro, al mando de los hermanos Gerardo y Oliver Fernández Mena, tras recibir el aval por parte del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales en cuanto a la protección y manejo de datos personales. 
 
De acuerdo con lo establecido por el INAI, esta financiera mexicana que cuenta con 17 años en el mercado de créditos de nómina vía 85 sucursales en 30 entidades de la República, cumple con todos los canales y los mecanismos necesarios para proteger la información de sus miles de clientes. 
 
Abusos del IMSS
Resulta que las autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) continúan sin levantar el embargo que aplicaron a las cuentas bancarias de la empresa Reisco Operadora de Servicios S.A de C.V, a pesar de que el Tribunal Superior de Justicia Administrativa, que preside Carlos Chaurand Arzate, resolvió que fueran desbloqueadas desde octubre del año pasado. 
 
Según la empresa, las autoridades de la Subdelegación 10 Churubusco continúan sin hacer caso al órgano colegiado, y lo más alarmante es que ni Zoé Robledo, director del Instituto, ni Irma Eréndira Sandoval, de la Secretaría de la Función Pública, han hecho algo al respecto.
 
El caso ya fue llevado a manos de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon), así como a la Fiscalía General de la República (FGR), de Alejandro Gertz Manero, puesto que el bloqueo bancario ya ha afectado a por lo menos mil 500 familias y tiene a la empresa mexicana al borde del abismo.


 
@MarioMal
mario.maldonado.padilla@gmail.com

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