Don Quijote, visitando una imprenta, se encontró con un traductor, quien le explicó los detalles de su oficio. El héroe de Cervantes declaró: “Con todo esto, me parece que el traducir de una lengua en otra, como no sea de las reinas de las lenguas, griega y latina, es como quien mira los tapices flamencos por el revés, que aunque se ven las figuras, son llenas de hilos que las escurecen y no se ven con la lisura y tez de la haz”. En aquel pasaje, Don Quijote se lamenta: “No es vuesa merced conocido en el mundo, enemigo siempre de premiar los floridos ingenios ni los loables trabajos. ¡Qué de habilidades hay perdidas por ahí! ¡Qué de ingenios arrinconados! ¡Qué de virtudes menospreciadas!”
La traducción es indispensable para lograr nuestras metas. Nataly Kelly, autora del libro Found in Translation, explica que día con día necesitamos de los traductores.
Durante la pandemia del Covid-19, miles de artículos médicos nos fueron dando la información sobre la enfermedad a medida que se conocían los avances, estadísticas, medicamentos y vacunas. Cuando tenemos un familiar en el hospital, los especialistas que lo tratan recurren a la literatura disponible para comprender lo que ocurre en el cuerpo humano, cómo sanar sus heridas y ayudarle a recuperar la salud. En estos casos, es cuestión de vida o muerte.
Los traductores profesionales juegan un papel esencial en los tratados internacionales. Los acuerdos entre países, que afectan todas las áreas, tienen que ser traducidos de manera casi instantánea para que los gobernantes involucrados firmen los documentos, confiando en la pericia de los expertos.
Las redes sociales deben mucho a la traducción de millones de mensajes que las personas requieren para hacer su trabajo, para que los estudiantes cumplan requisitos, comprendan el material de sus exámenes y logren sus metas académicas. Las plataformas con contenido traducido son una fuente de información para los trabajadores de la industria y el turismo. Cada etiqueta de productos que compramos es resultado de esa labor.
La traducción es el gran aliado de la cultura. Los escritores reconocidos logran una enorme difusión de sus libros cuando son traducidos. Hace pocos días, la noticia de que Annie Ernaux ganó el premio Nobel de literatura 2022 hizo que las traducciones al español realizadas por Lydia Vázquez Jiménez y por Sol Gil se vendieran de inmediato. En escenas dignas de una película de acción, las imprentas pararon las prensas programadas para otros autores y se dedicaron a reimprimir los títulos de esta narradora, traducidos del francés a decenas de idiomas, para colocarlos en librerías de muchos países, en pocos días. Detrás de los estantes de novedades, que se llenan de nuevos libros, hay miles de personas trabajando día y noche, entre ellas traductores, agentes literarios, abogados, editores, fotógrafos, diseñadores, impresores, libreros, periodistas y funcionarios del área cultural.
Ver la vida con otros ojos, comprender lo que los demás sienten y piensan, son acciones posibles gracias a estos intérpretes cuyo trabajo es verter palabras de una lengua en otra. George Steiner escribió: “Sin traducción, habitaríamos provincias lindantes con el silencio”.