Poco a poco se empezó a desplegar una campaña de spots para anunciar el 6° Informe de gobierno. De pronto, un presidente que había sido eclipsado desde el 1° de julio reaparece para recordarnos que todavía está al frente del gobierno. El resultado electoral convierte al gobierno de Enrique Peña Nieto (EPN) en una referencia del pasado.

La campaña de propaganda se estructura sobre los 5 ejes que supuestamente le dieron forma a este gobierno: educación de calidad, México próspero, incluyente, en paz y con responsabilidad global. Los spots son de dos tipos, el clásico mensaje de logros para cada eje, es el discurso típico de una versión triunfadora, apoyada con cifras espectaculares. EPN habla de “los logros” de esta administración en 30 segundos; toca temas diversos, desde nuevas escuelas, la expansión del internet, el crecimiento del turismo, el aumento de beneficiarios de los programas sociales, etc. Hay otros mensajes son más largos, dos minutos, y se emplean para ofrecer una explicación de los temas más conflictivos del sexenio, como el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el expediente de la Casa Blanca o la visita de Donald Trump durante su campaña electoral. Llama la atención que estos mensajes más largos tienen un tono de disculpa, pero no dejan de ser propaganda para justificar grandes errores.

Sobre Ayotzinapa ya se han anunciado algunas de las medidas que hará el nuevo gobierno de AMLO, pero EPN insiste en la versión oficial y en que la PGR hizo bien su trabajo. Se espera que próximamente se pueda terminar la investigación y se logre llegar —al fin— a la verdad sobre lo que pasó con los normalistas. Por lo que anunciaron los trabajos del grupo de expertos, GIEI, y las conclusiones del grupo de argentinos forenses, la versión oficial está completamente alejada de lo que en realidad pasó.

En el tema de la Casa Blanca todo se reduce a una falta de información adecuada. Se repite la versión oficial, y de pronto se desliza otro tema, el de la libertad de expresión. Con este spot hay una asociación para hacer una nueva justificación. Después del sexenio actual es increíble que se quiera afirmar que se respetó a la prensa. Entre la censura a espacios críticos y la impunidad sobre las decenas de periodistas asesinados, EPN no tiene ninguna credibilidad para afirmar que hizo bien la tarea de proteger los derechos y la libertad de expresión.

En el caso de la visita de Trump hace una breve justificación y luego sostiene que ese acto permitió abrir las puertas para una negociación del TLCAN, el cual está todavía en un proceso complicado.

La síntesis de EPN es que “México se ha transformado” y las reformas del Pacto por México son “el logro más trascendente” de su gobierno. Esta narrativa sería creíble, incluso legítima, si José Antonio Meade hubiera ganado las elecciones. Después de ver lo que pasó el 1 de julio tenemos un dilema importante: si la versión oficial del 6° Informe está completamente apegada a la realidad, entonces 30 millones de votantes estamos en el error y no vimos a tiempo las maravillas que hizo este gobierno. Me inclino a pensar que los votantes tenemos razón y que los graves problemas del país contradicen la versión oficial de EPN.

Por ejemplo, en materia de desigualdad y pobreza el rector de la UNAM dio una cifra al presentar un informe de la Cepal: en 2017 los recursos de los 10 mexicanos más ricos equivalen al total de ingresos del 50% de los más pobres, casi 60 millones de personas (Proceso, 29/VIII/2018). ¿México próspero e incluyente? Las cifras de violencia son muy alarmantes porque cada año es más violento que el anterior, en 2018 se registran ya casi 16 mil asesinatos (Animal Político, 31/VIII/2018). ¿México en paz?

Con el adiós de EPN también se va la tecnocracia y su modelo que nos llevó a la corrupción, los privilegios, la impunidad y la violencia de los últimos años. El último Informe de este gobierno expresa que entre la mercadotecnia y la realidad hay un abismo de diferencias…

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