Hace un par de semanas se llevó a cabo uno de los estrenos más interesantes que haya tenido lugar en el movimiento teatral queretano, movimiento que ya se extiende a Celaya y fronteras más inhóspitas.

Es el estreno de El abrelatas, a cargo de los dos actores estrella  de El Teatrito La Carcajada: Jorge “Chito” Izquierdo y Ricardo Ortega “Co-k”.

La obra se presento por una mini temporada, incluyendo una función que se organizó para la prensa de teatro (que no existe en el estado), críticos (que brillan por su ausencia), amigos de los actores (que son muchos) y colados (que abundan).

El abrelatas es una obra original de Víctor Lanoux, seudónimo de Víctor Robert Nataf (París, 1936), dramaturgo a ratos y actor de cine y teatro de toda la vida.

Obra con dos personajes: Jean (Chito), un intelectual, y Jacques (Co-k) un pobre muerto de hambre. Ambos se encuentran encerrados en un especie de bunker, rodeados de latas de chicharitos Hérdez (el anuncio es de ellos no mío), pero sin modo alguno de abrirlas y comerlas, como el chiste de las caricaturas del Coyote y el Correcaminos.

Fuera del búnker se supone que no hay nada, que todo es destrucción y desolación: sin árboles, sin autos, sin casas, sin gente, sin perros, sin pan. Nada de nada.

¿Qué se supone que pasó? La Gran Guerra y sus resultado posteriores: la carencia de todo, incluyendo cualquier gesto de humanidad. Época que va de los años 20 a los 60, cuando se sentaron las bases de la Guerra Fría y la disputa entre el comunismo y el capitalismo, entre el hombre contra la máquina y el dinero.

Para empezar, destaca el hecho de no ser una comedia en el sentido formal del género, como casi todo lo que se presenta en los escenarios de esta ciudad.

Pero destaca más el hecho de que ni siquiera es una obra para reírse a carcajada batiente, como lo hicieron algunos asistentes, con una risa de tamaleras, como si estuvieran viendo un capítulo de “La rosa de Guadalupe”.

El abrelatas, para los que no se dieron cuenta, es una obra descarnada, crítica en todo sentidos, pesimista en todo momento; es un montaje para reflexionar sobre en una época que ya no existe y en una ciudad donde el sólo hecho de pensar más allá de hacer la lista del súper es de flojerita.

Obra cuyo origen y conflicto parte de un debate entre dos personajes que se mueren de hambre y tiene que comer suelas de zapatos, como Charles Chaplin en una de sus películas.

Personajes que se encuentran en el callejón ideológico sin salida y ante la negación racional de una realidad: “Tengo hambre”, dice Jacques, el buen hombre. “Eres un estúpido ignorante”, le responde Jacques el intelectual.

Fue un mini-estreno de esos que se organizan para medir el agua a los tamales y también fue un acto de valentía creativa por parte de “Chito”, quien se revela como uno actores de muchas tablas; y “Co-k”, quien finalmente encontró en Jaques, uno de esos personajes a su medida, que le quedan incluso mejor que sus bonitos sombreros.

El abrelatas, para estos dos actores, es un romper con la costumbre y las inercias de la comedia queretana, que ya dominan, e indagar en el teatro del absurdo, teatro serio sin seriedad, con trasfondo filosófico, pero sin pedantería. Dos actores de comedia que una mañana se levantaron con ganas de hacer teatro de riesgo y no sólo divertir a su público.

El abrelatas pasó la prueba del bostezo y regresará al Teatrito La Carcajada en breve.

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