Dicen que el colibrí es una de las aves más hermosas en el mundo, no solamente por su diminuta belleza resaltada por sus plumas tornasoles, por su velocidad para batir las alas que alcanza hasta 90 veces por segundo, por su capacidad de detenerse en vuelo o hacerlo hacia atrás, lo que le otorga un cúmulo de características únicas en lo que tiene que ver con las aves. Es una especie por demás interesante y se reconoce en su fragilidad al no poder dejar de tomar alimento por mas de dos horas, con excepción de las noches, en las que reduce sus signos vitales para sobrevivir mientras concilia el sueño. Esa fragilidad se conjuga con una extraordinaria fortaleza para sobrevivir.

Resulta muy especial, por que desde culturas milenarias en América, ha sido honrado y se reconoce en dicha ave la maravillosa relación con los buenos mensajes de nuestros ancestros, ya que su diminuto cuerpo en vuelo, es capaz de sostener el peso del alma. Hoy, en este tremendo tránsito de momentos duros y difíciles para todos sin excepción, considero un gesto amable el recibir, en una fotografía, el abrazo de un colibrí, tan solo para sustraernos por momentos de esta realidad que nos ha atrapado en el mundo y en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

Twitter: @GerardoProal

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