En esta ocasión me permitiré escribir en primera persona, al tratar sobre la educación y los valores recibidos que me han guiado en mi vida profesional y en lo personal, gracias a la labor excelente de mis maestros, así como a la relevante formación que me brindó el ambiente familiar con el ejemplo y dedicación de mis padres.

En mi experiencia como profesor en la UAQ, además de la educación formal que recibí desde el nivel básico hasta el posgrado, tuve como soporte la formación adquirida en el ámbito familiar, la cual incluyó valores fundamentales, como la honestidad, el respeto, la disciplina, hablar con lenguaje apropiado sin obscenidad, el trabajo, hacer las cosas bien y espíritu de superación.

Varios de mis maestros trascendían más allá de lo que es la transmisión de conocimientos, porque también procuraban inculcar valores y principios éticos. En la escuela primaria destacó el profesor Luis Aguado Olvera, con quien afortunadamente muchos de sus exalumnos nos seguimos reuniendo, continuamos aprendiendo de él. En el bachillerato de la UAQ, así como en la entonces Escuela de Ingeniería (hoy Facultad) tuve excelentes profesores como Jesús Pérez Hermosillo y también mi hoy colega y amigo geotecnista, Ángel Trejo Mohedano, entre otros.

En el posgrado realizado en la UNAM recibí cátedra de ilustres profesores, entre los que destacan los doctores Leonardo Zeevaert Wiechers (quien contribuyó a la realización de la Torre Latinoamericana) y de Eulalio Juárez Badillo, el cual obtuvo su grado de doctor por la UNAM en 1962 y el doctorado honoris causa por la UAQ en el año 2013, además de ser fundador del Instituto de Ingeniería de la UNAM en 1956, junto con los doctores Emilio Rosenblueth Deutsch y Javier Barros Sierra, entre otros.

El Dr. Juárez Badillo nació en 1926 y considera que todo fenómeno natural en el Universo posee la cualidad de la belleza, esto significa que está ordenado en forma muy sencilla. La cualidad de orden significa que los fenómenos pueden ser descritos por ecuaciones matemáticas y la simplicidad significa que las ecuaciones matemáticas son muy sencillas. La armonía requiere que las ecuaciones sean completas y simétricas. Una de sus propuestas científicas más polémicas ha sido el “Principio de Proporcionalidad Natural”, que postuló en 1985. Aunque, originalmente lo llamó “Principio de la Belleza Científica”, porque considera que en la ciencia y en geomateriales hay belleza. El doctorado que le otorgó la UAQ, fue con base a sus contribuciones a la investigación geotécnica y científica, por su trascendental labor en la formación de ingenieros civiles de toda Latinoamérica, con más de 56 años de docencia e investigación, por sus numerosas publicaciones a nivel nacional e internacional, por su profunda visión filosófica y humana, por el desempeño ejemplar en su vida académica y profesional y, de manera especial, por su siempre cercana y generosa participación en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Querétaro, donde ha sido maestro y yo fui su adjunto en 1984.

Desde 1983 inicié mi actividad como profesor de la UAQ, inspirado por la sólida formación académica que recibí y motivado por las necesidades geotécnicas de Querétaro, de nuestro país y del mundo (especialmente problemas de ingeniería civil relativos al comportamiento de los suelos expansivos).

He sostenido el propósito de generar y entregar conocimientos en el campo de mi especialidad (mecánica de suelos y geotecnia), así como cultivar el espíritu crítico constructivo, creatividad y motivación, invitando a mis alumnos a que sean gente de bien en el más amplio y sano sentido de la palabra, que reflexionen sobre el tipo de personas que quieren ser, que asuman las virtudes con las cuales quieren conducir su vida, con principios éticos.

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