El 29 de mayo, la revista inglesa The Economist publicó un editorial sobre Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con el ánimo de tratar de influir en el resultado de la elección del 6 de junio. La verdad, y sin exagerar, el artículo es muy poco serio y mueve más a la risa que a pensar en su supuesto análisis.

Por ejemplo, como cuando critican a AMLO por la construcción del tren maya, pues la crítica proviene del Reino Unido en donde se inventó el ferrocarril. No les queda a los ingleses criticar la construcción de un tren cuando la inmensa mayoría de ellos se mueven en trenes desde hace casi 200 años y no sólo ellos sino también la inmensa mayoría de los europeos usa el tren para moverse entre ciudades.

También se critica la construcción del tren maya como si fuera crucial para el cambio climático mundial y como si todos los trenes se movieran con máquinas diésel. ¿Qué no saben los editores de The Economist que desde hace mucho ya se inventaron los trenes eléctricos?

Del mismo tenor es la crítica sobre la construcción de la refinería de Dos Bocas, por parte de una revista de un país que llegó a tener 19 refinerías activas, de las cuales aún hoy en día se mantienen activas seis y en donde refinó, en 2019, un millón 66 mil barriles diarios, más de lo que refinó nuestro país en el mismo año. No les queda a los ingleses criticar al petróleo al ser dueños de una de las trasnacionales más importantes en el mundo, British Petroleum y socios de la anglo holandesa Royal Dutch Shell.

Pero si nos vamos a la contaminación por dióxido de carbono, es justo señalar que fue precisamente Inglaterra el primer país a contaminar a gran escala a partir de su revolución industrial e incluso un poco antes, pues el Reino Unido ya emitía 27 millones de toneladas de CO2 en 1800 y se mantuvo 90 años como el principal contaminador en el mundo, hasta que fue desbancado por los Estados Unidos, ambos países ya emitían en 1890 más de 350 millones de toneladas de CO2. Todavía el Reino Unido se mantuvo otros 60 años como el segundo país más contaminador del mundo hasta que fue desplazado por Alemania en 1950 cuando ambos países emitían 500 millones de toneladas de CO2.

Todavía hoy en día los ingleses queman 5 mil 600 kilogramos de CO2 al año, por persona, ocupando el lugar 55, a nivel mundial, contra los 3 mil 880 kilogramos de los mexicanos, que ocupamos el lugar número 75.

Así que, The Economist, más seriedad, por favor.

Presidente del Consejo Estatal de Morena

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