El papel que debe desempeñar México en el contexto mundial, para asegurar un mejor posicionamiento en su desarrollo económico y social, requiere de firmeza en políticas públicas y acciones tangibles que contribuyan a eliminar su fuerte vulnerabilidad a los acontecimientos y vaivenes de otras naciones, tal es el caso de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, por lo cual el gobierno mexicano decidió el año pasado aplicar un segundo recorte al gasto público, en 31 mil 715 mdp, lo que afectó a la educación pública con 6 mil 500 mdp y con mil 800 mdp al Conacyt. Asimismo, para este año la Secretaría de Educación Pública tendrá 14% menos de presupuesto en el proyecto 2017, lo que implica una reducción de 37 mil 282 millones de pesos lo cual es muy desventajoso para este sector fundamental para el mejor futuro del país que anhelamos construir los mexicanos. La educación de calidad es una de las mejores inversiones a realizar, no es un gasto. México requiere dejar de ser una nación productora de manufactura, para convertirse en una generadora de economía del conocimiento.

La información del Banco Mundial indica que México invierte sólo 0.43% del PIB en Ciencia Tecnología e Innovación (CTI), sin embargo México ha avanzado mucho en los últimos años en ciencia y tecnología; no obstante, para que se siga desarrollando apropiadamente es vital que el gobierno no decline en los recursos dedicados a CTI sino más bien que continúe haciéndolos crecer, lo que incluye aumentar la participación privada.

La representante de la UNESCO en México, Nuria Sanz, advirtió que el déficit muy importante que tenemos es en la parte de inversión privada, sobre todo en inversión en innovación y tecnología, señalando que por eso México es poco competitivo y tiene poca innovación. Es una de las grandes preocupaciones para el futuro de nuestro país. Comentó que para que más empresas le apuesten a la innovación se requiere generar una cultura en donde la inversión privada participe en el sistema CTI.

El pasado proceso electoral en Estados Unidos provocó grandes afectaciones a la cotización del peso mexicano, las cuales continuaron una vez concluidas las elecciones, ante las repetidas declaraciones adversas relacionadas con el tema migratorio, la construcción de un muro entre Estados Unidos y México, además de las supuestas desventajas que ha señalado el presidente Trump en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), por el perjuicio económico que le ha causado a Estados Unidos.

Además de la depreciación de nuestra moneda, se teme que México disminuya la captación de inversiones provenientes de otros países y que en cambio suceda que las inversiones vean mayor atractivo en dirigirse a los Estados Unidos, que está en proceso de aplicar reformas fiscales que disminuyen impuestos.

En México tenemos un gran reto, el gobierno federal debe hacerse fuerte y procurar las mejores negociaciones en este Tratado que está pendiente de revisarse y ajustarse, pero también es necesario trabajar en establecer una economía del conocimiento, la cual utiliza éste como elemento primordial para generar valor y riqueza a través de su transformación a información, lo que abarca rubros como la educación, investigación y desarrollo, alta tecnología, telecomunicaciones, informática, robótica, nanotecnología e industria aeroespacial. Desde finales del siglo XX la inversión en capital intangible ha crecido considerablemente, incluso en mayor medida que el capital tangible (maquinaria, materias primas y otros).

En Querétaro tenemos condiciones favorables para avanzar en CTI, contamos con universidades como la UAQ, la UNAM y el Cinvestav (IPN) que mucho han progresado y que podrían contribuir enormemente en construir una economía del conocimiento.

Ex rector de la UAQ. zepeda@uaq.mx

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