Han llegado las vacaciones de verano y muchas personas aprovechan estas fechas para pasear, sin embargo ¿cuántas de ellas realmente planearon con anticipación su viaje? ¿Cuántas aprovecharon las ventajas de comprar boletos de sus vuelos con descuentos (por adquirirlos con suficiente antelación), o compararon hoteles en precio y calidad?

De acuerdo con un sondeo realizado por la comparadora de servicios financieros Coru.com y la empresa de estudios de mercado Brand Engagement, el 73% de los mexicanos aseguró haber diseñado un plan vacacional con anticipación. No dudo de los datos de la encuesta, pero sí un poco de la franqueza de los mexicanos. Ojalá realmente ese gran porcentaje de los viajeros lo hicieran anticipada y planificadamente. Definitivamente estaríamos un paso adelante del que estamos ahora en nuestra educación financiera. Pero bueno, para quien lo haya hecho así, y tiene presupuestado cada gasto que hará en su destino ¡felicidades! Podrá disfrutar de sus días de descanso, sin pegarle a su bolsillo.

Pero… para aquellos que no hicieron ninguno de los pasos anteriores, aún es momento de detenerse, analizar y tomar acciones que permitan ayudar a no gastar de más.
Este esperado momento para muchos, no tiene por qué representar necesariamente que echemos la casa por la ventana. Y es que a veces parece fácil gastar de forma inmensurable incluso lo que no se tiene, y se cae en la tentación de pensar que por algo existen las tarjetas de crédito o los préstamos (aunque sea con interés alto). Pero no, viajar también puede hacerse con un uso responsable de nuestros recursos.

Es importante destinar un presupuesto, para no pagar más de lo necesario y hacer rendir el dinero. Sobre todo porque en temporada alta, los costos suben considerablemente.

Sea cual sea el destino o el tiempo en que se estará allá, se requiere hacer un presupuesto contemplando los gastos de transporte, ya sean boletos o gasolina para el auto; el alojamiento, que evidentemente varía de acuerdo con las necesidades, precio y calidad; comidas y, por supuesto, entretenimiento (entradas a museos, teatros, atracciones del lugar).

Pero además de ello, es necesario reservar un fondo para gastos imprevistos, más vale prevenir que lamentar.

La Condusef recomienda destinar 15% del presupuesto para accidentes, extravíos o enfermedades. Si no ocurre nada inesperado, simplemente ese dinero no se gasta. 
Claro que si el destino lo amerita, sin duda es importante contemplar un seguro de viaje que puede ayudar de requerir una asistencia médica, haber perdido un equipaje, un vuelo, etcétera. Que no nos ocurra estar lejos de casa y  no contar con los recursos económicos suficientes, ni los contactos necesarios en el lugar, como para atender un accidente o emergencia.

Un seguro ayuda a coordinar todos los servicios y proveedores, realiza los pagos y brinda tranquilidad y confianza a ti y a tu familia.
Trata en la medida de lo posible de ajustarte al presupuesto definido, porque es indispensable para no quedarnos con la cuenta en cero al regreso, o para no sufrir los estragos las siguientes semanas.

¿Endeudarse para viajar? ¡Jamás! El viaje se consume en uno días y luego hay que trabajar todo el año para pagarlo. Si no cuentas con los recursos, es mejor aprovechar las cosas y entretenimiento que hay en tu ciudad, no faltarán actividades en las cuales se puede disfrutar sin necesariamente gastar en demasía, como visitar un zoológico, ir de día de campo, o asistir a un museo.

Eso sí, para las próximas vacaciones de verano, recuerda las grandes ventajas de planear con anticipación. Meses antes cotiza, compara, reserva, aprovecha promociones o descuentos, y haz todo lo posible para comprar acertadamente y evitar golpear innecesariamente a tu economía. Mientras tanto, ¡a disfrutar!

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