De acuerdo con información publicada el pasado 5 de febrero por la Auditoría Superior de la Federación, en una investigación realizada a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), la administración federal ha dotado de más de mil 300 millones de pesos a los grandes agricultores del país a través de conglomerados agropecuarios denominados agroclúster y agroparques.

Los listados oficiales de la Sagarpa indican que a través del Sistema Nacional de Agroparques se han invertido más de 853 millones de pesos en los ejercicios fiscales 2014 y 2015. Durante el primer ejercicio fiscal se ejercieron 489 millones a través de 32 proyectos, entre ellos: Parque Agrosfera Uno SAPI DE CV, en Aguascalientes, con 170 millones de pesos; Agroparque de Chiapas SAPI de CV con 160 millones y el Comité Estatal Producto Chile del Estado de San Luis Potosí AC, con 26 millones de pesos. Para el siguiente año, el monto total ascendió a 364 millones de pesos. Los que mayores recursos captaron fueron: Sukarne Agroindustrial; el proyecto denominado Santiaguillo de Flores, en Guanajuato y el Agroparque de Yecapixtla, en Morelos, con 50 millones de pesos a cada uno.

A los agroclúster, se les han suministrado 476 millones de pesos durante el mismo periodo. En el padrón de 2014, que documenta la entrega de recursos a través del programa Componente de desarrollo de clúster, se asignaron 284 millones de pesos para 41 proyectos. Los beneficiados fueron: Harinera Barquín SA de CV, Flores Venturero SC de RL de CV y Sociedad de Producción Rural de RI Bustamante Parra y Asociados, con 10 millones de pesos a cada uno. En 2015, los que mayores recursos recibieron fueron Castor Fields SAPI de CV, con 9.5 millones; Cultivos Hidropónicos de Ensenada, SPR de RL, con 9 millones y Administración del Campo SA de CV, con 8 millones de pesos.

Y mientras el gobierno impulsa a los agroempresarios con financiamientos “a fondo perdido”, los pequeños y medianos productores mexicanos sobreviven con la siembra de calabazas y chiles para el autoconsumo como en la época prehispánica, sin el más mínimo apoyo pues les resulta toda una odisea hacer la tramitología burocrática para su empadronamiento en los llamados Cader, sin equipo ni personal suficiente, diseñados más que como apoyo, para fastidiar a los campesinos.

Esto ha pasado con un grupo de aproximadamente mil campesinos queretanos que solicitaron apoyo con fertilizante a través de los programas Pimaf y Agroincentivos que después de varias infructuosas reuniones con el delegado en el estado, ingeniero Gustavo Nieto Chávez, lograron ser tomados en cuenta a través de la dirigencia estatal y los diputados federales antorchistas, en las oficinas centrales de la Sagarpa nacional por personal del secretario, José Calzada Rovirosa. Sin embargo, a casi un año del acuerdo y a pocos días del ciclo agrícola 2017, los agroinsumos no han sido entregados por Gustavo Nieto porque, según él, la Sagarpa nacional miente, al no haberle entregado los recursos para fertilizante (¿quién miente delegado, usted o el secretario?) y porque él “no puede recibir en sus oficinas 500 expedientes de gente que no sabe si está o no está, por lo que tendrá que ir la gente a registrarse directamente al padrón para revisar y no duplicar este apoyo”.

Como todos los programas asistencialistas del gobierno, los beneficiarios deben ajustarse a las reglas de operación. El problema es que éstas, que incluyen hasta la huella de los dedos de los pies y la grabación de voz y pupilas sólo aplican cuando se trata de pequeños propietarios de una o dos hectáreas de tierras de temporal, pues por ser humildes sus reclamos no valen o valen muy poco mientras que según el resultado de la ASF en la Cuenta Pública 2014 se documentó la “ausencia” física de los proyectos a los que se les habían depositado recursos públicos.

Dirigente estatal del Movimiento Antorcha Campesina.

@jggrave

Google News