Ha llegado el momento más esperado para los trabajadores en la última fase del año: la entrega del aguinaldo. Esta prestación brindada por los patrones, de acuerdo con el artículo 87 de la Ley Federal del Trabajo, es obligatoria, y corresponde al menos al equivalente a 15 días de salario. Si bien depende de cada empresa la fecha de entrega (el límite es el 20 de diciembre), lo que sí depende de ti, es la administración del mismo, porque si  no planificas cómo se distribuirá, corres el riesgo de que se diluya más pronto de lo que crees.

De acuerdo con la Condusef, 53% de las personas gasta su aguinaldo en compras, 37% lo destina para saldar deudas y 6% no tiene un objetivo claro.

Una recomendación es poder aplicar la regla 50/30/20 que significa que 50% lo destinas a los gastos indispensables, como la renta, los alimentos, los servicios, etc. El 30% lo puedes utilizar para las cosas que deseas, pero no son básicos, como los regalos de navidad, o eso que tanto queremos comprarnos. Y eso sí, el 20% restante va para el ahorro. De esta manera no tendrás pretexto de iniciar con cuesta de enero encima.

Desafortunadamente, he conocido casos de personas que antes de recibir su aguinaldo ya se lo gastaron. ¿Qué podemos hacer para cuidarlo?

Elabora un presupuesto. Para este punto puedes utilizar precisamente la regla 50/30/20, anota los gastos que son imprescindibles, los gastos que desearías hacer, y contempla un monto de ahorro. Ve acortando la lista y, lo más importante, ajústate a ella. Porque uno de los errores financieros más comunes es gastar más de lo que ganamos, así que ¡aguas!

Liquida tus deudas. Nada como empezar el año en paz con tus finanzas, trata de no arrastrar deudas y cubre, sobre todo aquellas, que representen algún tipo de interés o comisión. Por ejemplo, es momento de revisar a detalle las tarjetas de crédito, el consejo básico siempre será pagar la que te cobre mayores intereses. Lo importante es, sino saldar deudas, aminorarlas.

¿Y tu Afore? Piensa en tu futuro. Ese 20% que recomendamos se vaya al ahorro, bien puede destinarse a este rubro, haciendo aportaciones voluntarias. Recuerda que una de las grandes ventajas es que éstas son deducibles de impuestos y que además puedes retirarlas en el momento que lo desees, aunque eso no es lo ideal, la opción está presente.

Asegúrate. El año pasado  mi esposo y yo decidimos regalarnos un seguro educativo, de esta manera estamos garantizando la educación universitaria de nuestra hija. Es un pago mensual, que ya no contemplamos, y que por la edad de ella, que era entonces de dos años, no representa un desembolso realmente significativo, pero puede hacer toda la diferencia en el futuro.

Conservar la salud debe ser prioritario, por lo que sino tienes un seguro de gastos médicos mayores, es buen momento; un seguro de ahorro también pueden ser un instrumento financiero que bien valen la pena adquirir.

Invierte. Una recomendación frecuente al hablar de finanzas personales es ahorrar, tener metas a corto, mediano y largo plazo. Pero ¿y después? El siguiente paso es crecer nuestro dinero. Así que puedes iniciarte en el tema de las inversiones. No tienes que ser un experto economista para hacerlo. Hoy en día hay diversas opciones que te llevan muy de la mano y que no necesariamente te piden monto extraordinarios, puedes comenzar por menos  de mil pesos en algunas opciones. Prueba la plataforma de Cetes o la de Fundary, que  es una empresa mexicana de tecnología financiera que ha desarrollado plataformas de financiamiento e inversión.

La temporada decembrina no es sinónimo de gastar, sino de disfrutar, así que es momento de romper la piñata, no nuestras finanzas. ¡Que inicien las fiestas!


 lucyquiroga@hablemosdedinero.com.mx

@Lucyquiroga

Google News