La eliminación de prejuicios a edad temprana es la puerta del cambio del status quo que viven millones de mujeres alrededor del mundo. Las niñas y los niños con tan solo seis años ya se forman un criterio propio respecto a sus posibilidades, sus capacidades y su futuro. Por ejemplo las niñas asumen que los niños son más valientes, brillantes y fuertes respecto a ellas y los niños aprenden que la fuerza es un medio de control respecto a otros y que son más inteligentes que las niñas.

Ya les he platicado en otras ocasiones que la simple asignación de colores al momento de la concepción (rosa y azul) se convierte en un parteaguas para la formación y educación de las niñas y los niños y que a partir de ello la sociedad y la familia juegan un papel fundamental para la adaptación social de esta nueva persona que se inserta.

Es importante que asumamos este día como el recordatorio de que a nuestras niñas no solo las debemos hacer sentir poderosas y seguras, sino también llevemos a cabo pequeños cambios para lograrlo, tales como involucrarlas en actividades intrépidas, dejar que usen ropa que les permita moverse y jugar libremente, dejar de asignarles únicamente roles de cuidados y fundamentalmente que les inculquemos la importancia de su autonomía desde el cuidado de su cuerpo.

Asimismo educar en la construcción de nuevas masculinidades puede ser el complemento de una futura sociedad sin violencia y más igualitaria, donde los niños sepan que las niñas no deben ser subordinadas sólo por el simple hecho de ser mujeres, que ser niña no es sinónimo de debilidad o motivo de vergüenza en juegos infantiles (el que llegue al último es niña) que también ellas pueden ser las autoras de las historias importantes en el mundo y que también ellos pueden manifestar libremente sus sentimientos y emociones sin violencia y sin ser discriminados.

En México cada vez son más las niñas que continúan sus estudios y que inclusive tienen mejores calificaciones respecto a los niños, sin embargo se les sigue enseñando que además tienen la obligación por ser mujeres en ayudar en casa, cuidar de familiares mayores y menores y así se les prepara para asumir estas responsabilidades de la vida adulta.

Debemos visibilizar que las niñas asumen diversos roles en la casa, en la sociedad y en la economía y por lo tanto, su desarrollo no solo es bueno para ellas; también para su comunidad, sus familias y el mundo.

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