No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente —Virginia Woolf

El pasado 8 de marzo se conmemoró un año más del Día Internacional de la Mujer, fecha que invita a recordar que en la historia de la humanida, miles de mujeres han entregado sus vidas para que las condiciones sociales, económicas y políticas de todas nosotras mejoraran.

No es un día para regalar flores o chocolates, es un día para reflexionar sobre los avances alcanzados y sobre los temas pendientes en el rubro de equidad de género. En resumen: es un día de lucha. En Querétaro, el Partido del Trabajo no podía estar ausente de esta conmemoración.

El reloj marcaba las 9 de la mañana y la Plaza de la Corregidora se empezó a cubrir con decenas de zapatillas y zapatos femeninos; por pares simulaban pasos inconclusos. De momento aparecieron seis maniquíes simulando cuerpos de mujeres muertas

Un pequeño letrero en cada uno de los pares de zapatillas nos planteaba una pregunta de urgente respuesta: ¿Dónde están? En Querétaro trabajos de investigación seria por parte de periodistas integrantes del semanario Libertad de Palabra documentan la desaparición de 48 mujeres en el estado, en su mayoría jóvenes. Ante esta situación tan delicada, a nadie se le olvida la desafortunada declaración del procurador en el estado, que ante el señalamiento de la sociedad sobre la desaparición de mujeres declaró: “Las desaparecidas no representan una problemática importante”, evento que evidenciaba falta de sensibilidad ante esta delicada situación.

Los seis maniquís llamando la atención sobre la forma de violencia extrema hacia las mujeres, recordaban que la violencia física es uno de los fenómenos que se siguen repitiendo en todos los niveles académicos y todos los estratos sociales. En Querétaro cuatro de cada 10 mujeres sufre algún tipo de violencia.

Personas de todas las edades se sumaron participando dejando mensajes escritos, mensajes que indicaban la preocupación para que la situación de las mujeres mejore en el estado. Ante esto, hacemos la siguiente reflexión, para imaginar el futuro, es necesario recordar el pasado.

Hace 105 años, el 8 de marzo de 1908 en Nueva York, más de 100 mujeres fueron encerradas y quemadas vivas en una fábrica, por exigir mejores condiciones laborales.

En la actualidad, el modelo económico impuesto en nuestro país obliga a las mujeres a incorporarse al trabajo sin que se cuenten con las condiciones sociales apropiadas para ello. Además, los salarios precarios obligan a que en una familia las parejas tengan que emplearse para completar el gasto familiar, por lo que la mujer es arrojada a un mercado laboral en franca desventaja con el sector masculino.

Por otro lado, la violencia hacia las mujeres aumenta en relación directa a la pérdida del poder adquisitivo y la falta de seguridad en el empleo de los hombres, debido a que la frustración por estos fenómenos es descargada en los integrantes más vulnerables de la familia, los niños y las mujeres. Si en realidad se quisiera erradicar la violencia de género, esto tendría que atravesar forzosamente por mejorar las condiciones económicas y sociales de la población en general.

Siendo la única mujer que comanda un espacio partidista en el estado, y como convencida sindicalista, me queda claro que el tema laboral es de primerísima importancia, y el fenómeno de la violencia hacia las mujeres va directamente ligado a él, luchar por uno es luchar por el otro.

La demanda ahora, al igual que hace 105 años, tendría que resumirse en la siguiente frase: “pan y rosas”, pan por mejores condiciones laborales, y rosas exigiendo el alto a la violencia de género.

Comisionada política nacional del PT Querétaro

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