Para comprender la importancia que el 8 de marzo tiene en la vida de las mujeres es necesario remontarnos a una historia de más de 300 años.

Entre los primeros textos que cuestionan las limitaciones a la autonomía de las mujeres está el Libro de la Ciudad de las Damas de Christine de Pizán que data de 1405. En nuestro país, en pleno virreinato, Sor Juana debatía con el Obispo de Puebla su oposición a que las mujeres fueran educadas y cuestionaba que se les culpara por el acoso sexual constante del que eran víctimas.

En Francia en 1791, Olympe de Gouges escribe la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana como un reclamo a la nueva república que niega a las mujeres la condición de ciudadanas tras la Revolución, lo que le valió morir guillotinada el 3 de noviembre de 1793. Mientras tanto, en Inglaterra, Mary Wollstonecraft publica la Vindicación de los Derechos de la Mujer, en el que propone un nuevo orden social de igualdad e inclusión.

El siglo XIX vio el arribo de múltiples expresiones en pro de los derechos de las mujeres. Los movimientos sufragistas y los reclamos de las trabajadoras se esparcen por el mundo.

Destacan las británicas y su lucha por conseguir el tan anhelado voto femenino, pero es Nueva Zelanda, el primero en reconocer los derechos políticos de las mujeres el 19 de septiembre de 1893.

En Estados Unidos, el 8 de marzo de 1908, se realiza una huelga convocada por trabajadoras textiles que se manifestaron en contra la precariedad laboral. Tres años más tarde, el 25 de marzo de 1911, 146 trabajadoras de la fábrica Triagle Shirtwaist Factory de Nueva York, morirían quemadas vivas, tras ser encerradas por sus jefes para evitar robos. Del otro lado del mundo, el 8 de marzo de 1917, las mujeres de Rusia marchan para exigir el derecho al voto.
Nuestro país no es la excepción. En 1916, Elvia Carrillo y Hermila Galindo, organizan los primeros congresos feministas de nuestro país. En ambos congresos de discuten el concepto de igualdad jurídica de las mujeres a los hombres, el divorcio y abrir la administración pública y la educación superior a la participación de las mujeres. A pesar de la lógica de sus planteamientos y su cercanía con el poder, (Hermila Galindo era secretaria particular de Venustiano Carranza y Elvia Carrillo Puerto era hermana del gobernador de Yucatán) las mexicanas tendríamos que esperar cerca de 40 años para ser reconocidas como ciudadanas plenas.

En 1975, en el marco del Año Internacional de la Mujer y la Primera Conferencia Mundial de la ONU, realizada en México, inicia la conmemoración oficial del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer mismo que se oficializa dos años más tarde. También se acordó formular un plan de acción mundial para la promoción de los derechos de las mujeres y niñas. Desde entonces han pasado más de 40 años. Los logros alcanzados son muchos. Los retos pendientes también.

De eso hablaremos en la próxima entrega.  
Titular de Aliadas Incidencia 
Estratégica e integrante de la 
Red Nacional de Alertistas. 
Twitter: @mcruzocampo 
FB: maricruz.ocampo

Google News