El tema del salario mínimo en el mundo, no es tan novedoso como uno pudiera suponer.

Hace tiempo el suscrito, para preparar una ponencia denominada: “Violaciones jurídicas al proceso de Jesús”, me leí a los cuatro Evangelistas reconocidos por la Iglesia Católica, Apostólica y Romana (dentro de los cuales no se encuentran los de: Tomás, María Magdalena y Judas entre otros). Pues bien, con sorpresa descubrí que en Evangelio de Mateo, se lee con bastante claridad, la tendencia de fijar precisamente un salario mínimo. No está por demás recordar que tuve que releerme los libros de F. Margadant, Eugene Petit ya que en la época de Jesús, Tierra Santa (Ahora: Israel etc.) se encontraba bajo el Imperio Romano y por supuesto también tuve que acudir a la obra de Ernesto Renán: “Vida de Jesús”, al Derecho Hebreo de la época. Doy el crédito correspondiente respecto al último citado,  a la Histadrut (La C. T. M. de Israel). Usted se preguntará ¿por qué todo lo anterior? La respuesta es sencilla, a motivos políticos y económicos. Me explico: Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno del D. F., de manera práctica y política (populista dijeran algunos) sugirió un aumento a los salarios mínimos y para predicar con el ejemplo, ninguna persona que trabaje para su gobierno y tengo entendido que hasta sus proveedores, no lo pueden hacer si no se les pagan $80.00 diarios. Meses después, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, simplificó las dos Área Geográficas en que se encontraba divido México y estableció un solo salario mínimo general $ 70.10 al igual que lo hizo con los salarios mínimos profesionales. Pues bien, un gran sector de la Nación, durante años ha considerado que el aumento a los salarios mínimos es inflacionario, olvidando que un trabajador bien pagado, bien comido, con acceso para sus hijos a buenos servicios de salud, sana distracción; trabaja más y mejor pues como decía el fundador de la dinastía Henry Ford: “No me interesa fabricar automóviles que no puedan comprar mis trabajadores”; es decir, no se necesita tener un Doctorado en Harvard, Cambridge o alguna otra institución de prestigio internacional, para saber algo de Economía y deducir, que mientras mejores salarios tenga un trabajador, concatenado lo anterior a una buena productividad, el mercado aumenta sus potenciales clientes. Ahora está en proceso de reforma a nuestra Carta Magna y más de 2 mil legislaciones, para el efecto de que el salario mínimo deje de ser la base para la imposición de multas, lo que aparentemente (esto sí, populismo puro) lo anterior no sea obstáculo para buenos aumentos a los salarios mínimos. Hoy en día el artículo 123 de la Constitución en su fracción VI establece: “Los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores serán generales o profesionales. Los primeros regirán en las áreas geográficas que se determinen; los segundos se aplicaran en ramas determinadas de la actividad económica o en profesiones, oficios o trabajos especiales. Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos…”. ¿Usted considera, que con $70.10 diarios, se obtiene todo lo anterior? Desde hace mucho años, nuestro Derecho del Trabajo y lo que alguna vez fue Seguridad Social, viven en el vientre de la Economía y por lo tanto han perdido su espíritu y en parte… su razón de ser, y por exponer un solo ejemplo transcribo: “Es un término económico, derivado del neologismo inglés indexation, que significa vincular una obligación monetaria de cualquier clase al índice general de precios o al precio de un factor determinado de la economía, de modo que se establece una proporcionalidad forzosa entre el nivel de precios o ese factor y el cumplimiento de tal obligación. Si los precios suben, suben automáticamente los términos en que ella debe cumplirse. La técnica dela indexación responde a la necesidad o conveniencia de proteger a los tenedores de un capital o a los acreedores de una renta contra los efectos de la erosión monetaria ocasionada por la inflación. (Consultado en la red: De la Enciclopedia de la política de Rodrigo Borja). En otras palabras, con la desindexación de las multas que generalmente son impuestas por el gobierno en su tres niveles: Municipal, Estatal y Federal, ¿se verá mejorado el salario mínimo? A mi juicio ¡No! pues éste no tendrá un aumento superior al 4.5%, como ya nos lo han “telegrafiado” nuestros genios financieros del FMI, OCDE, Banco Mundial, SHCP y en Banco de México; es decir, cuando mucho llegará a $ 74.60 (s.e.u.o). Es recomendable que todas estas instituciones, apliquen los conceptos de John Kenneth Galbraith y no las “ideas” de William Buckley

La desindexación a través de una extraña y sospechosa medida económica que si mal no recuerdo se denomina “Unidad de Cuenta” vendrá a sustituir las multas, con la consecuencia benéfica para los tres niveles de gobierno que generalmente son quienes las imponen y en perjuicio de quienes infrinjan la Ley. ¿Beneficio para los trabajadores? Ninguno. Con razón el gran Víctor Hugo dixit: .

Desde luego, amig@ lector@, usted tiene una mejor opinión.

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