La presidenta del Consejo General del INE pretende el control de la Institución electoral. Sin embargo, encontró oposición en la mayoría de las y los miembros al haber rechazado las propuestas para direcciones ejecutivas y unidades técnicas, áreas que se responsabilizan de coordinar todas las actividades operativas electorales. Propuestas que evidenciaron falta de probidad en algunos de ellos, como fue el caso de Flavio Cienfuegos, quien fuera denunciado por malos manejos ante la Fiscalía General de la República, la Entidad Superior de Fiscalización, incluso ante la Secretaría de la Función Pública, por diversas irregularidades en el abastecimiento de medicamentos cuando trabajó en el IMSS.

No aceptaron a Flavio en la secretaría ejecutiva, por lo pronto lo colocó como jefe de la oficina de la presidenta ¿Austeridad? Otros de los rechazados por su relación estrecha con funcionarios del gobierno de la #4T, fue el de Iulisca Bautista, esposa del subsecretario de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Vamos, la señora Taddei tiene que pagar el favor por medio del tráfico de influencias. Nada es casual. Aunque el rechazo de las propuestas llevó a la posibilidad de la negociación, ya que otros consejeros también tienen sus propuestas. Abrieron el mercado laboral del INE para conquistar poder, influencia y colocar a los amigos; siempre y cuando vistan “chaleco guinda”. Seguramente Guadalupe profesa el simple principio laboral de AMLO que consiste en 90% de honestidad y el resto de conocimientos. Luego los resultados son catastróficos.

Le quedó grande el cargo a la señora Taddei. Hará limpia de espacios par ubicar a los allegados a la #4T, lo que conlleva un riesgo evidente en la labor especializada y profesional que exige la función electoral y obliga a ello la misma Constitución; no puede haber improvisación en los trabajos del proceso electoral que se espera inicie este año, el más grande de la historia. Además, la señora aseguró que reduciría el presupuesto ya que estaba excedido en un 20%, sin tener la menor idea de ello. Habrá que instalar más de 160 mil casillas para que tengan acceso los más de 97 millones que conformarán la lista nominal de electores. Y en espera de que los ministros resuelvan el nefasto “Plan B”, el menospreciado por la presidenta, considera no representaría mayor problema. Todo cambiaría operativamente. No es lo mismo manejar un solo consejo que 32 de ellos más el del INE. La democracia en riesgo por apetencias laborales y políticas.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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