Los años setenta y ochenta fueron un periodo de crisis para Polonia que derivaron en el fin del comunismo en el bloque del Este. En las protestas contra el Gobierno, destacó el sindicalista Lech Walesa como líder opositor. Sumada a la labor en las negociaciones con el régimen, su popularidad le catapultó hasta la presidencia del país en 1990.

Para la votación al Sejm —la cámara baja del Legislativo— solo el 35% de los escaños eran elegibles, pero la del Senado si fue abierta. La oposición concurrió a través de la plataforma Comité de Ciudadanos de Solidaridad, brazo político del sindicato. Los resultados de ambas elecciones mostraron una victoria rotunda de la lista de Solidaridad, que se hizo con la práctica totalidad de los asientos a los que optaba.

Jaruzelski, retuvo el poder al ser elegido por un voto como presidente de Polonia con la connivencia de Solidaridad. Sin embargo, la formación lideró una coalición de gobierno con los socios menores del Partido Comunista que permitió nombrar a Tadeusz Mazowiecki, cercano a Walesa, como primer ministro en agosto. Tres meses después, la caída del Muro de Berlín terminaría de impulsar el fin del bloque comunista.

Mientras la crisis económica azotaba a Polonia, la oposición a Jaruzelski no dejaba de crecer. En la URSS, además, el nuevo líder Mijaíl Gorbachov impulsó una progresiva liberalización política y económica. Con todo en contra, el Gobierno polaco se vio obligado a negociar con Solidaridad, hasta que las huelgas de 1988 dieron cuerpo a los Acuerdos de la Mesa Redonda con la oposición. Los sindicatos quedaron así legalizados, se restauró el Senado y se fijaron elecciones libres para junio de 1989.

El descrédito y la crisis del régimen polaco eran cada vez más evidentes en 1990, hasta el punto de que Jaruzelski convocó elecciones presidenciales bajo presión de Walesa que se impuso con autoridad. Así, el líder de Solidaridad se convirtió el 9 de diciembre de 1990 en el primer presidente de Polonia elegido democráticamente desde la Segunda Guerra Mundial.

El fin del comunismo en Polonia también marcó el declive de Solidaridad como sindicato transversal y aglutinador. Las disputas internas fragmentaron el movimiento que había edificado Walesa hasta una presidencia que no pudo revalidar en 1995. La fragmentación distanció a Solidaridad incluso con Walesa, pero aun así a ambos se les reconoce su papel en el regreso de la democracia al país. (Continuará)

Especialista en Derecho del Trabajo,

Certificado por el Notariado de la Unión Europea

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