Lograr el equilibrio entre lo que piensas y lo que sientes es el gran reto.

Esto de ser seres racionales muchas veces nos mete en aprietos, damos demasiadas vueltas a una o varias cosas, cambiando de opinión constantemente, tratando de decidir lo que creemos mejor.

Pensamos tanto que se nos olvida lo que sentimos porque nuestra mente no para y no se calla. ¡Peor aún! escuchamos todo el ruido que hay a nuestro alrededor sin poder escucharnos a nosotros mismos.

Hablamos de decisiones.

Todos, desde pequeños vamos por la vida eligiendo, decidiendo entre dos o más opciones que se nos presentan. Cuando pequeños, es más sencillo, ni siquiera nos damos cuenta, sólo elegimos, pero nuestras elecciones son legítimas porque lo hacemos sin pensar, sólo sabemos lo que tenemos que elegir porque es lo que responde a lo que deseamos y queremos en ése momento. Pero ahora, siendo adultos  todo lo complicamos más, todo se convierte en una maraña porque nos hemos acostumbrado a escuchar solamente a nuestro cerebro y hemos permitido que apague lo que es nuestro por nacimiento y es lo que “somos” en término filosófico. Nuestra esencia y nuestra verdad, no la que nos imponen ni la que con el paso de la edad perdemos.

Entonces, aprender a elegir a partir de nuestra propia verdad, ¡es el gran reto! Callando lo que los otros, desde su percepción, quieren que elijamos.

Aprender a elegir sin poner como prioridad el elemento al que se le ha dado un gran valor sobre lo que verdaderamente nos importa, el dinero.

Controlar el miedo, recuperar las metas, potencializar las habilidades rigiéndote por tus propios principios, es el verdadero camino al éxito.

Elige siempre lo que quieres para ti y para ello quizá de nuevo tengas que cavar dentro de ti para recuperarlo. Descubre el poder con el que cuentas para lograr lo que te propones sólo falta que tomes la decisión de hacerlo y ¡cuidado! porque te puedes tardar años y lo que no recuperamos nunca, es el tiempo.

Tomar decisiones con plena conciencia, sin remordimientos,culpas o resentimientos. Sin reproches de ti para ti ,porque resulta que somos nuestros peores verdugos, nos sumergimos en un mar de confusiones porque permitimos que nuestra mente nos controle.

Dejemos salir nuestra esencia, encontremos lo que queremos por más arrebatado que parezca y ¡vayamos por él!

Al final, lo que hemos vivido, nuestras experiencias, nuestras vivencias, han marcado hasta hoy el cómo hemos vivido. Si no estás disfrutando lo que haces, quizá sea momento de cambiar tu rumbo y elegir aquel que probablemente te lleve hasta donde siempre has querido llegar no importando que tardes un poco más. Pero sólo un poco. Te aseguro que el universo se alinerará para que todo salga como quieres.

No te olvides de controlar tu miedo.

“¿Donde mueren los sueños? En un lugar llamado miedo.”

Haz que ésos sueños se conviertan en tu realidad.

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