“Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros”. San Agustín.  Máximo pensador del cristianismo del primer milenio.

Dichosas sean las páginas que le permiten al ímpetu de mi bienaventurada pluma plasmarse el día de hoy en estas páginas que me regalan el honor de su lectura para poder compartir por unos minutos la magia que hay en la ulterior noticia de la noticia.

Con ello me refiero a que en el devenir de nuestros días nos arrebatan la sublime oportunidad de gozar de un momento mágico y lleno de esperanza e ilusión, las noticias poco favorables que nos acercan los medios, que sin dejar de ser importantes, se vuelven una nota autómata y carente de juegos soñadores con posibilidad de llevarse a su cristalización. Pongo como ejemplo cuestiones tales como que el Banco de México anuncia medidas contra la depreciación del peso, nuestra cartera se ve acribillada por el gasolinazo, y un largo etcétera.

Así que este, como saben es un espacio para abrir nuestros horizontes a las bondades que nos brinda esta maravillosa vida, alejándonos de la vaciedad del materialismo a ultranza y de el vacío existencial provocado por aquello que la escritora Guadalupe Loaeza plasma en sus obras literarias: Compro, luego existo y Debo, luego sufro. Por cierto haciendo un paréntesis, les recomiendo ampliamente leerlos pues nos ofrece una radiografía muy certera del comportamiento de la sociedad contemporánea en todos los estratos.

Y charlando acerca de libros y autores, me da gusto encaminarnos en este viaje relajante, destacando una de las dos noticias agradables que acontecieron esta semana que agoniza.

¡Aplausos nuevamente por la celebración de la XXVIII edición de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, Jalisco!

Lo que muero de ganas de compartirles re refiere a que la literatura juvenil fue la más vendida en la FIL 2014, llevada a cabo del 28 de noviembre al 7 de diciembre. Los clásicos, best sellers y como ya les decía, la literatura juvenil fueron los géneros que más ventas registraron surante esta fiesta de la lectura. Y más algarabía provoca en mi ser el conocer la cifra de asistentes al evento la cual se resume en 767,000 personas, y aún mejor, la mitad de ellos corresponde a la población juvenil, reportó el Comité Organizador de la misma. En este mismo orden de ideas, Marisol Schulz, quien funge como directora de la FIL, declaró con gran satisfacción que se ha detectado un repunte en el consumo cultural juvenil, y asimismo, señaló que se ha detectado un repunte en el consumo cultural juvenil, rematando con un incremento en la asistencia de este sector de la sociedad en función a los años anteriores.

Les resumo que entre los libros que más éxito tuvieron podemos encontrar Los Secretos de Yuya y El Libro del Troll, de Rubius, bajo el sello editorial Planeta, Fangirl de Rainbow Rowell, de Random House, y no podía faltar Dellirium y Pandemonium de Lauren Oliver, por Editorial SM, especialista en lecturas para público juvenil.

Entre los clásicos destacaron obras como Rayuela de Cortázar, Cien años de soledad, de García Márquez y El laberinto de la soledad de Octavio Paz. Otros títulos destacados en ventas fueron Milena o el fémur más bello del mundo, de Jorge Zepeda, y El capital en el siglo XXI de Thomas Piketty. La suma generada en ventas por las casi 2,000 editoriales de esta edición de la FIL alcanza los 41 millones de dólares.    

 PREMIOS NÓBEL

Y siguiendo este orden de ideas, que nos llevan a reflexionar que la lectura nos conduce a una vida de estudio y viceversa y así es como la genialidad puede hacer gala en nuestra mente, el martes pasado se hizo entrega del Premio Nobel de Medicina, Física, Química, Literatura y Economía en la ciudad de Estocolmo, Suecia. Asimismo, en Noruega,  se hizo entrega del galardón, siendo acreedores al Nobel de la Paz la activista paquistaní, Malala Yousafzai y el indio Kailash Satyarthi, por su lucha a favor de la educación infantil. Recordemos que en la última ocasión éste se otrogó a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), en pleno proceso de desarme químico en la convulsa siria.

Recordemos que Malala, puso sus fuerzas en la exigencia de derechos civiles en su país, sometido en ciertas zonas por los talibanes. Ella enarbolaba en ese momento, la bandera de la educación para las mujeres. Ese activismo le costó un atentado por parte de de PTT, un grupo terrorista vinculado a los talibanes, que le disparó en repetidas ocasiones.

Malala, fue operada y tratada en Reino Unido, donde continuó su lucha. La fuerza de sus argumentos y el poder de su mensaje hicieron que el Comité Nobel de Noruega le entregara el premio Nobel de la Paz, galardón que también recibió el indio Kailash Satyarthi, presidente de la Marcha Global contra el Trabajo Infantil. El comité explicó que ambos merecían el premio “por su lucha contra la opresión de los niños y los jóvenes y por el derecho de todos los niños a recibir educación”.

¡Aplausos señoras y señores! Este tipo de noticias enaltecen los valores humanos y nos brindan esperanzas para continuar.

Sigamos trabajando con alegría, tenacidad y fe para mejorar este mundo.

Mientras tanto, nos leemos la semana entrante.

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