“El Querétaro nuevo que deseamos conservar”

Querétaro, Qro. ¡Qué maravillosos son estos atardeceres queretanos que siempre nos brinda la naturaleza y que pocas ocasiones nos damos el lujo de observarlos y disfrutarlos como se merecen!

Pienso que el atardecer tiene muchas implicaciones emocionales. Una de ellas es la nostalgia de aquellos ocasos del día en nuestra juventud, cuando las tardes sin bullicio nos regalaban los sonidos de aves, del tren lejano, del viento y sobre todo de ver el Sol ponerse sin apresuramiento y obsequiándonos matices de rojo, naranja, amarillo y hasta el rosa en bengala que inspirara a Borges.

Otra es la emoción de la pasión de mirar a los ojos al ser amado en el brillo que el sol nos brinda en esos momentos con humildad poco usual en un astro rey. Finalmente,  me inspira el pensamiento de los ciclos, algo que mi padre mencionaba con mucha frecuencia al referirse a la experiencia humana y a la permanente renovación de los días que siempre se llevan algo al llegar la noche y traen nuevas al siguiente amanecer con renovada esperanza. Por eso y muchas cosas debemos regalarnos el placer de mirar el Sol guardarse en el poniente de esta hermosa ciudad que se sabe poseedora de tan singular encanto.

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