La constante del presidente Manuel López Obrador es mentir. Lo hizo durante sus 3 campañas a la Presidencia de la República. Prometió demasiado, prácticamente no ha cumplido; en el peor de los casos ha hecho lo contrario a sus promesas. No acepta su incapacidad para gobernar. Realiza actos inviables a su programa de acción política, ha traicionado su plataforma electoral. De los programas pasó a las ocurrencias.

La propaganda que emula a la publicidad de los narcoterroristas, es la misma para llamar la atención, atendiendo su propia hipótesis, en referencia a los actos de terror ocasionados en varias poblaciones de 3 estados de la República Mexicana. Así justifica sus fracasos al referir que: “a pesar de que la bola de malhechores se siga oponiendo a que las cosas mejoren, la transformación va abriéndose paso entre todos los obstáculos, vamos bien”. Evidente mediatización de programas fallidos para conducir al error a los desinformados y a todos aquellos fanáticos que siguen aplaudiendo sus corruptelas, abusos y torpezas.

El presidente López presidió el acto denominado “Pulso a la Salud”. Acusar a los “frutos podridos de la política neoliberal”. El vilipendio como justificación. Olvida su obligación de unir a los mexicanos, no a dividirlos, aún aquellos que con sobrada razón lo critican. Los acusó de corruptos, antipopulares y entreguistas. Imputa a sus antecesores el déficit de médicos, sobre todo de especialistas. Totalmente falsa su afirmación. El presidente de la República, fue quien dinamitó el sistema universal del Seguro Popular, que daba cobertura a millones de mexicanos que no contaban con la garantía constitucional a la salud.

AMLO prometió un sistema de salud como el de Dinamarca o el de Canadá. Creó un nuevo sistema de salud, asegurando que ese sí sería eficiente, gratuito y universal. En la práctica probó la vergonzosa incapacidad, despidió personal médico, enfermeras, dejó de surtir medicamentos e insumos médicos: la destrucción.

El fracasado Insabi pasó a Insabi-Bienestar, tampoco dio resultado; luego delegó la responsabilidad en el IMSS-Bienestar; otro fracaso. La Institución no es capaz de dar atención a sus propios asegurados, menos a millones de mexicanos de la noche a la mañana.

Aseguró que el anterior sistema de salud estaba por los suelos. El Presidente no acepta que él terminó por hundirlo. No es lo mismo estar por los suelos que debajo de los suelos. Afirma estar revirtiendo el sistema de salud. El Presidente ya no cree en sus propias mentiras.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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