Al principio, cuando las personas llegaban al centro Y’u para eliminar dolores que padecían desde hace años, les dejaba rutinas, pero me di cuenta que para la mayoría eran muy difíciles de seguir; eso lo noté gracias a las estadísticas que llevamos, en las que me percaté que ni siquiera el 10% de los pacientes las efectuaban regularmente.

Por azares del destino descubrí que al trabajar a través de visualizaciones y patrones en  hábitos, se podía lograr una completa recuperación —tanto en niños como en adultos—, fue entonces cuando di al clavo de lo que verdaderamente era una herramienta para todo el mundo.

En una ocasión me tocó darle consulta al papá de una paciente que asistió porque le dolían las rodillas, había ido un par de veces y cuando acompañó a su hija, me vio jugar con ella con el personaje del mar,  entonces me preguntó ¿por qué no le enseñaba igual que a ella? Y eso comencé a hacer, a cambiar el código neurológico —sin importar si es un adulto de la tercera edad o un niño—, y siguiendo exactamente el mismo camino para encontrar la raíz del problema y luego enseñar a través de las visualizaciones, cómo lograr un funcionamiento óptimo.

Fue así que decidí poner a un paciente a actuar como uno de los 60 personajes que creé para hacer efectiva la metodología Y’u, misma que hoy cura a miles de personas alrededor de todo el mundo.

Luego de esto, las estadísticas empezaron a mejorar casi en un 90%, tanto para quitar el dolor por completo, como en las rutinas que puede lograr el paciente porque son divertidas, no les quita tiempo y lo pueden hacer en cualquier parte de su vida, ya que lo único que necesitan es su cuerpo.

Sin embargo, ha sido la experiencia, las estadísticas y estar siempre en constante cambio de estrategias, lo que ha logrado que cada día sea más factible que todos sepan cómo moverse y qué hacer para estar en un estado óptimo de salud.

Por ello generamos la app “Y’u bubble”, para que cualquier persona que tenga contacto directo con nosotros o incluso si se encuentra al otro lado del mundo, cuente con un seguimiento para hacer cosas de manera fácil y efectiva, para empezar a cambiar por completo la verdadera causa de una lesión o padecimiento.

¿Por qué a la mayoría de las personas les cuesta seguir una rutina específica para mejorar, si saben que a través de ella verdaderamente pueden lograrlo? La respuesta es simple: por cultura, educación y formación, pero sobre todo porque no se hacen de manera lúdica, es decir a través del juego.

Si eres adulto estarás pensando: “Pero ya estoy grandecito para estar jugando”, y yo te digo que si quieres romper con las estadísticas y lograr curarte, rehabilitarte o lograr lo que deseas de la vida, debes empezar a jugar hoy mismo.

Por ejemplo, para cambiar la mecánica de un corredor al que acaban de operar de ligamento cruzado en la rodilla y entra a la fase de recuperación, bastan unos pasitos antes de empezar a trotar; brinca como los niños cuando van felices  por la calle —saltos pequeños con una pierna por delante cruzando ligeramente—, con esta pequeña dinámica su riesgo de volver a lesionarse disminuye hasta en un 80%, y en este proceso su cuerpo segrega bioquímicos importantes para evitar la lesión; le da seguridad, es divertido y como ahora tiene una perfecta mecánica, lo ayudará a recuperarse más rápido y a fortalecer sus músculos, sólo por utilizar una visualización de una experiencia pasada y satisfactoria.

Si quieres empezar a ser constante en algo, no importa en qué, sigue los siguientes consejos:

1) Hazlo divertido.

2) Evita el doler.

3) Hazlo satisfactorio.

4) Usa tu imaginación.

5) Evoca experiencias que sean muy buenas y recuérdalas empleando todos tus sentidos mientras lo ejecutas.

6) Genera estrategias para mejorar y optimizar lo que haces.

7) Haz estadísticas bajo un reto ¿Qué tanto te has acercado a tu meta?

8) Mete goles, si es efectivo lo que estás haciendo, te alentará a seguir adelante.

¿Quieres ser constante y lograr lo que tú quieras? Empieza así exactamente. Y bienvenido a una vida Y’u llena de satisfacciones.

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