¿Te imaginas pagar un interés anual de más de 60 por ciento donde además si no pagas tu respectiva mensualidad puntualmente eres penalizado con un interés moratorio de 180 % al año? Pareciera que estamos hablando de la década de los ochentas y sus hiperinflaciones, pero lamentablemente esto y más puede llegar a suceder en nuestros días cuando se pide prestado de manera informal y a veces hasta formal. A estas prácticas abusivas por parte de quienes prestan dinero se les conoce como usura y es considerada como delito en las leyes de varias entidades de la República mexicana. En Querétaro la usura está tipificada en el artículo 196 del Código Penal del Estado y establece que: “Al que por cualquier acto jurídico, que conste o no por escrito obtenga de otro intereses o lucros usurarios, se le impondrá prisión de 6 meses a 10 años y hasta 750 días multa.” Y continúa diciendo un párrafo después que: “Se entenderá que los intereses o lucros son usurarios, cuando sean superiores a las tasas de interés bancario autorizadas en la fecha de la celebración del acto jurídico”. Al margen de la vía penal, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha abierto la posibilidad a los jueces del país para revisar tasas de interés que les parezcan abusivas, a pesar de que estas fueron pactadas en su momento por los deudores. De acuerdo con la decisión de nuestro tribunal supremo se podrá reducir mediante un juicio las tasas de interés cuando se compruebe que existe una situación de vulnerabilidad o desventaja del deudor respecto al acreedor. Otras consideraciones que se harán son el tipo de relación entre deudor y acreedor, así también se valorará de acuerdo a si el acreedor es una institución financiera o un prestamista particular, otros factores determinantes para la decisión judicial son monto y plazo del crédito así como las condiciones del mercado, las tasas que cobran otros bancos e inflación durante la vida del préstamo. En la informalidad existen por supuesto los agiotistas que parecieran ser créditos más blandos pero acaban siendo incluso durísimas las condiciones y que invariablemente se garantizan con bienes inmuebles, cobran altísimos intereses a quienes ante la extrema necesidad de obtener un préstamo caen en sus manos. Aquí algo de lo que deber saber con respecto a los préstamos, los usurero y sus modos de operación. Si un particular ofrece al público “prestar” dinero a cambio de un interés y a veces incluso irónicamente se promueve como alguien que te va a tener alejado de los agiotistas, no tengas duda, estas precisamente por caer en manos de uno de ellos. Evítalos por más que te faciliten obtener el dinero de inmediato. Esta claro que muchas personas sólo acuden a un agiotista cuando se le han cerrado todas las puertas de crédito, pero piénsalo dos veces ya que las consecuencias pueden ser patrimonialmente catastróficas. Si por alguna razón decides si pedir prestado a un agiotista no firmes hojas en blanco, es muy común que los agiotistas te soliciten precisamente hacer esto para luego agregar cualquier leyenda que te implique mayores obligaciones que las que originalmente quisiste contraer o la renuncia a ciertos derechos. No dejes en garantía inmuebles con usureros, particularmente si el monto de lo que vas a pedir prestando es mucho menor al valor del inmueble. En su caso sólo considéralo como una alternativa si fuera el supuesto que lo que vas a pedir prestado equivalga a más de la mitad del valor comercial del inmueble que darás en garantía. No dudes demandar o denunciar penalmente a quien abuse de ti vía los préstamos y sus tasas de interés ilegales. Recuerda que la usura que es la práctica del agiotista y que es un delito, pero también es algo que a veces ante la necesidad de conseguir dinero de manera inmediata parece la cura a nuestros males. Siempre ten en mente que realmente no es una cura sino una enfermedad que sólo crece hasta ser financieramente mortal. *Abogado con Maestría en Políticas Públicas y Especialidad en Finanzas. Universidad del Sur de California.

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