Nos encontramos en un momento de la historia donde el concepto de liderazgo se ha desenfocado y esto ha generado muchos de los conflictos sociales que hoy vivimos, las polarizaciones políticas, el descontento de los grupos minoritarios e incluso las desigualdades sociales pueden encontrar en sus orígenes una falta de buenos liderazgos en las sociedades y no hablamos solamente del plano político o gubernamental, esta crisis de liderazgo puede verse también en otros sectores como en lo académico, en lo religioso y en la iniciativa privada.

Y al ser este un espacio de opinión, no podemos ignorar lo que sucede con el liderazgo en el mundo digital y de las redes sociales, es aquí donde han surgido nuevos elementos para la construcción de aquellos perfiles que podemos catalogar como “líderes”, el número de seguidores y el número de reacciones se vuelven relevantes a la hora de medir la capacidad que tiene una persona de posicionar una opinión, una idea, de motivar a un grupo y de lograr un cambio en alguna esfera social.

Al final el liderazgo se trata de influencia, mientras mayor es la capacidad de influir en un grupo, mayor será el liderazgo y bajo esa lógica, las redes sociales hoy se han convertido en una de las herramientas más poderosas para influir en las personas, por eso la importancia de reflexionar sobre el uso que les damos.

Cada publicación, cada historia, cada reacción y cada perfil que seguimos  van formando a lo que transmitimos en el mundo virtual, por eso vale la pena hacer una autocrítica tanto del contenido que consumimos, como del que creamos y preguntarnos si éste agrega valor a nuestro entorno.

Las redes sociales han abierto un nuevo esquema de influencia, hace 20 años los perfiles que más influían en las personas eran políticos, actores, empresarios o deportistas, hoy las plataformas digitales han permitido que cualquier perfil pueda tener una gran exposición, de primer momento esto podría parecer algo positivo; sin embargo, esta gran posibilidad de llegar a millones de personas puede resultar contraproducente si no hay algo de valor que compartir.

De manera particular para el sector juvenil, la definición de liderazgo se ha difuminado y confundido con los muy mencionados “influencers”, perfiles en su mayoría de jóvenes que han alcanzado un gran número de seguidores en redes sociales; sin embargo, muchos de ellos, me parece, aportan muy poco a la construcción de mejores sociedades y basan su influencia solamente en el entretenimiento.

Es en tiempos de incertidumbre como los que estamos viviendo a raíz de la pandemia por el Covid-19 que, además de todas las afectaciones a la salud, generó una de las mayores crisis económicas de los últimos años, es cuando se vuelve más necesario contar con buenos liderazgos, hombres y mujeres que nos transmitan esperanza, que nos motiven a seguir adelante ante las dificultades y que aporten algo de valor para nuestras vidas.

El mundo necesita mejores líderes, líderes con valores, líderes positivos, al final el crecimiento que tengamos como personas y como sociedad será una cuestión de liderazgo.

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