México tiene grandes ejemplos de colaboración gobierno-ciudadanía exitosos para salir adelante ante la adversidad, recordar casos como los terremotos del 19 de septiembre, separados ambos por más de tres décadas, es uno de los ejemplos más memorables y representativos que puedo traer a la memoria rápidamente. Sin embargo, hablar de lo que a estas generaciones nos ha tocado vivir con la última pandemia de la humanidad, generada por la enfermedad Covid-19, es sin duda alguna otro ejemplo para el cual bien vale reabrir, momentáneamente, aquel serial (“El VerdaderoVirus”) que concluí a principios de año relativo a esta pandemia que nos sigue manteniendo a raya.

La semana pasada, en nuestro estado, se vivió una jornada, que a muchos mexicanos y no solo a los oriundos o avecindados en estas hermosas tierras queretanas, nos debería llenar de orgullo; me refiero al proceso de vacunación que para todo el personal docente, administrativo y personal de apoyo de todas las instituciones educativas públicas y privadas, de cualquier nivel, se llevó a cabo en diferentes sedes de la entidad.

En este importante ejercicio de coordinación federal, estatal y municipal, en el que la participación de las instituciones educativas y organizaciones de la sociedad civil evidenciaron voluntad, inteligencia, sacrificio y sobre todo una actitud de servicio digna de aplaudir, se lograron vacunar a 51,580 personas de este importante sector, en 5 sedes estratégicamente ubicadas, en solo cuatro días.

Este martes #DesdeCabina no quiero desgastar a los pocos, pero asiduos lectores de este espacio de reflexión semanal, con enumeraciones y mil datos o anécdotas que autoridades, organizadores, voluntarios y usuarios finales de este importante proceso de vacunación del sector educativo en Querétaro, vivieron semanas previas y en agotadoras jornadas durante la semana de vacunación, pero si pretendo primordialmente agradecer el liderazgo de muchos y muchas funcionarios públicos y privados, colaboradores de la instituciones y voluntarios de la sociedad civil, que sin importar su posición jerárquica, dieron todo por lograr una logística ejemplares, un trato cálido y humano y, sobre todo, un resultado -quiero enfatizarlo- digno de ser reconocido y extrapolado a otros ámbitos y latitudes nacionales.

Me siento increíblemente orgulloso de llamar a muchos de ellos amigos o amigas, de convivir cotidianamente en reuniones y proyectos con ellos y, sobre todo, de ser considerado parte de este increíble equipo, el sector educativo queretano.

Este ejercicio vivido por las instituciones educativas ha resultado ser una prueba más de que los mexicanos sí podemos hacer cosas de manera profesional y participativa, coordinada entre niveles de gobierno y la sociedad civil, y sobre todo, con el impacto originalmente esperado por las comunidades educativas.

Hoy más que nunca la empatía y generosidad del sector quedan manifiestas y se ponen al servicio de los demás; hoy más que nunca el “cómo si…” -una de mis frases favoritas- se hizo presente en el corazón, mente y manos de más de 1200 voluntarios de 46 instituciones y decenas de funcionarios públicos y privados de primer nivel; hoy más que nunca mi gratitud y admiración para todos los involucrados directa o indirectamente; hoy más que nunca reconocer que, cuando se quiere, se puede.

@Jorge_GVR

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