Mis queridos lectores, un placer leernos en vísperas de muertos (ya pasó una semana), pero bueno no quería quedarme con las ganas de platicar anécdotas que viví con algunos personajes de la historia de la música, así que sin tanto rollo nos vamos de filo con el gran divo de México, el gran Charlie Montana, tuve oportunidad de convivir con él, incluso de hacerlo rabiar en un par de ocasiones, lo conocí en una entrevista  pautada en una pulquería, llegó ataviado con su gran estilo rocker, diciéndome: “Qué me vas invitar de tomar, no me vayas a salir con tus pinches cervezas artesanales”, nos sentamos a tomarnos unos wiskoles y a platicar de su trayectoria, le pregunté algo que todo mundo deseaba saber: la historia del “Vaquero Rocanrolero” y  se descosió al calor de los alcoholes,  “Estaba en Chicago esperando que terminara el grupo de tocar para subirme al escenario, veía a toda la banda acelerada, cochinéando (bailando), y de pronto vi a una pareja con un carnal con camiseta de metalero, bota piporra, baile y baile de lado a lado, me dejó de ¡ay wey! y de ahí me inspiré para crear ese himno a los vaqueros rocanroleros”, un gran personaje y de los que me dolió un chingo su partida, el divo, Charlie Montana, en paz descansa y rolea en el cielo con puros ángeles degustando su whisky.

Tex Tex me ha dejado  gran huella, sin duda me gustan todas sus canciones, Lalo Tex nos abandonó hace ya unos años dejando gran talento en sus rolas. Me encontraba en el periódico,  de pronto nos dijeron llegó el Tex hay que entrevistarlos, y la neta me paliqué,  pues igual tocarían en vivo para la edición del canal, aún recuerdo las palabras del muñeco mayor: “Cuando quieran muñecos, que llegó la gira de rocanrolear, un dos tres, me dijiste que mi vida”, y de ahí tres rolas que llenaron de vibra todo el lugar. Ya con los años tuve oportunidad de tener a los muñecos restantes y hablar sobre el legado que dejó Lalo y cómo su hijo tomó parte del estandarte para seguir con este  proyecto, descanse en paz Lalo Tex y endulza los oídos de los angeles con tu melodiosa lira.

Estos dos grandes personajes me marcaron, crearon conciencia en su servilleta de lo que es el rock mal llamado urbano, me enamoré, dediqué rolas a un sinfín de damas, lloré, reí, prendí veladoras en su honor y canté con el ronco pecho en honor de ellos, la muerte sorprende, no avisa, pero en esta ocasión estoy seguro que la sorpresa fue para ella y se sirvió un alcohol para disfrutar de tener en su lista macabra a estos dos ángeles rockeros. Soy Pollo Rock, nos leeremos en otra historia.

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