Nuestro país, nuestra cultura, tiene características envidiadas por decenas de naciones. Los increíbles recursos naturales, el folklor, la gastronomía y los antecedentes de grandes culturas, son sólo algunos de muchos elementos distintivos de nuestro querido México que lo hacen único e irrepetible.

Sin embargo, también propio de nuestra cultura tristemente, es la poca atención a las reglas; el “valemadrismo” —discúlpenme la expresión estimados lectores— con que seguimos indicaciones y la actitud “valentona” de que aquí “no pasa nada”, han provocado en una cantidad importante de ejemplos, que nos compliquemos la existencia y que de manera innecesaria provoquemos escenarios a veces irremediables, que sin el reconocimiento de la propia culpa, atribuimos a la mala suerte o a ciertos designios divinos. No tiene por que ser así.

Aunado a lo anterior, la ligereza personal, con la que asumimos las noticias o información en los medios electrónicos para transmitirla y generar a veces desinformación colectiva, tan dañina y de rápida propagación —por algo se utiliza el término “viral” para aquellas noticias que se vuelven tendencia en redes sociales—, provocan la edificación de ambientes de incertidumbre, que lejos de unificarnos mediante información, en realidad divide, por no decir que polariza.

Hoy que nuestro país se encuentra en la antesala de un escenario mundial adverso derivado de la pandemia por la propagación del virus Covid-19, es cuando de verdad debemos tomar con seriedad todas las indicaciones —y sobre todo acciones— para prevenir o aminorar los efectos y la curva exponencial de propagación del virus. Se ha comprobado, a través de simulaciones de propagaciones biológicas (con modelos matemáticos confiables) que circulan en internet, que bajo condiciones de distanciamiento controlado en los momentos oportunos, utilizando casos de países en donde el virus se ha programado con condiciones similares a las de México, que puede reducirse sustancialmente la cantidad de casos en el tiempo y la velocidad de recuperación de pacientes infectados.

Las implicaciones, aparentemente simples que tienen las medidas de distanciamiento, están asociadas al probable escenario, en el que ante la cantidad excesiva de casos declarados de Covid-19 derivados de no seguir las medidas en cuestión, pudieran sobrepasar la capacidad de nuestro ya endeble sistema de salud pública. Sin ánimo de que esto polarice ni exceda el interés reflexivo de este espacio semanal,  sí me corresponde, como padre de familia, como funcionario público y como mexicano finalmente, señalar que debemos dejarnos de actitudes “valientes” y exagerar las medidas. En estos casos, siempre será mejor que nos digan exagerados, a reconocer el “si hubiéramos” actuado cuando podíamos.

Esta semana #DesdeCabina, hago un llamado a las mujeres poderosas, que apenas hace algunos días llamaban a la razón,  a los padres de familia, a los jóvenes estudiantes, a los empresarios, y sin duda a las autoridades de todos los niveles y sectores, para mantenernos unidos con total atención a las notificaciones e indicaciones de las autoridades competentes, para enfrentar la contingencia sanitaria en nuestro país. Es así como se demuestra el desarrollo de una nación, unidos, vibrando juntos, es en estas condiciones cuando debemos unirnos.

Rector de la UNAQ
@Jorge_GVR

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