El 5º Foro Nacional Sumemos Causas por la Seguridad fue uno de esos eventos que serán recordados por muchos motivos, como la valentía de María Elena Morera Mitre, presidenta de Ciudadanos por una Causa Común, y por la incomodidad del presidente Enrique Peña Nieto, así como por algunas de sus expresiones.

El discurso de Morena Mitre no tiene desperdicio, el del Presidente tampoco; habrá que analizarlos con toda calma, aunque conviene ahora destacar ciertos conceptos.

Respecto a la inseguridad, la ciudadana dijo: “ningún Gobierno ha logrado definir, crear y mucho menos consolidar una política pública de seguridad que sea transexenal y que sea de Estado”.

“La violencia, el miedo, el desamparo y, especialmente, la gran impunidad, son parte de la vida cotidiana de muchos mexicanos. Lo dicen los ciudadanos en todos los tonos, lo dicen las cifras también”.

“Si vemos, por ejemplo, en la última Encuesta Nacional de Victimización a cargo del INEGI, destaca que hay al menos una víctima de algún delito en uno de cada tres hogares mexicanos”.

“La cifra negra, del 94%, y en su última encuesta trimestral sobre inseguridad, muestra que siete de cada 10 mexicanos se sienten inseguros en la ciudad donde vive”.

“Es ésta la mayor sensación de inseguridad de los últimos nueve trimestres”.

“La violencia, lejos de focalizarse, como se ha dicho, se extiende”.

Y agregó: “En 22 estados, las cifras de homicidios se han incrementado con respecto al año anterior. Y en otras, se ha disparado (…) Antes estas alarmantes cifras, los ciudadanos se preguntan una y otra vez; dónde están las autoridades; dónde está la coordinación entre los diferentes niveles de Gobierno y dónde están las promesas que nos han hecho que nos van a mejorar la seguridad”.

“La tendencia de los asesinatos empeora rápidamente”.

“Septiembre fue el mes con más homicidios de los últimos cuatro años, con más de dos mil casos. Antes, ya había sido agosto, y anteriormente había sido julio”.

Morera Mitre subrayó la manera en que se trata a la policía y que el “desastre institucional” incluye el hecho de que “la gran mayoría de los juzgados continúen operando con los mismos vicios que se buscaban erradicar”, además de que el 40% de la población en reclusión, “no ha sido sentenciada”.

Por su parte, Peña Nieto argumentó no estar satisfecho pero, también, que ha habido avances. Manifestó: “Quiero hacer referencia también, y si me estoy extendiendo es porque María Elena apuntó, como suele hacerlo, de forma dura y precisa, con dardos muy duros, temas que, sin duda, deben ocuparnos, para los que debe haber respuesta: El nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio”. Luego consideró que “demanda todavía ajustarse”, pero que “va a establecer un nuevo paradigma”.

Asimismo, ante la petición de Morera Mitre sobre la Clave Única de Identidad, el Jefe del Ejecutivo instruyó al secretario de Gobernación para “el diseño de hacia dónde transitamos, o cómo armamos este modelo de identidad para todos los mexicanos”.

Y añadió: “Definamos, entre todos, la agenda de hacia dónde debemos de caminar, a partir de la experiencia que tenemos de los años en los que hemos transitado para atender ese tema…”.

Habría que puntualizar, además, el señalamiento del Presidente respecto a las críticas contra las instituciones de seguridad, “bullying”.

Ante lo observado, lo menos que puede uno pensar es que el tiempo se le ha venido encima a Peña Nieto para hacer una verdadera transformación en materia de seguridad. Es por ello que, asumiendo actitud por experiencia, una buena parte de la sociedad le reclama y habrá de reclamarle durante mucho tiempo, su ineficiencia en este rubro —como otros— lo cual le resta legitimidad social y de ejercicio de gobierno.

La seguridad es prioridad nacional y debiera serlo, también, de la agenda pública, sobre todo ante los fracasos observados. Sin duda, las opiniones bien informadas y la vigilancia ciudadana se convierten en exigencias permanentes que incomodan a quienes debieran garantizar seguridad, derecho y protección.

La crisis por inseguridad es evidente, tanto como la decepción ciudadana por la cortedad y los tropiezos gubernamentales. El Presidente lo sabe, ¿qué hará en el tiempo que aún le queda?