La dependencia en la publicidad oficial, los intereses de patrocinadores y quienes respaldan $ al medio, más poco compromiso por respetar a sus audiencias, han hecho que la mayoría de medios de comunicación y un sector de presentadores de noticias en México, incluido Carlos Loret de Mola, atraviesen por una “crisis de credibilidad” desde 2008.

Medios como Latinus y proyectos como MCCI (Mexicanos Unidos Contra la Corrupción y la Impunidad) tiene de origen ese déficit: qué recursos públicos respaldan y hacen posible “la mano que mece la cuna” para publicar y magnificar cierto tipo de contenidos. Así, la confianza que buscan ganarse en un sector de la población no se concreta.

Pero así como ellos, el gobierno del presidente AMLO también enfrenta una debilidad.

El gobierno federal y su equipo de asesores han hecho crecer, con sus errores más que por la rigurosidad del material periodístico, el tema de las propiedades donde ha vivido José Ramón López Beltrán en Texas. Pero no hay que soslayar, en contraparte, que cada vez se sostiene menos periodísticamente, o surgen más dudas informativas, sobre el ángulo que se procura imponer desde la narrativa de asegurar “corrupción”.

Personalmente veo que el asunto acabará “salpicando” más a funcionarios medianos en Pemex, que a la parte implicada mediáticamente hasta ahora.

El área de Comunicación —incluido el equipo de asesoría al Presidente— ha sido una debilidad en lo que va del sexenio para el Ejecutivo federal. El asunto de las propiedades en que han vivido el hijo del Presidente y su esposa en Texas, a partir de 2019, ha evidenciado todo lo que NO se debe hacer comunicativamente en una situación de crisis.

La lista de equivocaciones incluye tardar 17 días en responder por el involucrado directamente en el contenido (José Ramón López Beltrán), ‘lanzar’ al Presidente a declarar públicamente sobre el tema en vez de responder con un comunicado que desmintiera el contenido de MCCI en las primeras horas, así como la confrontación discursiva de López Obrador con la prensa, en contexto marcado por violencia y asesinatos.

También se podría añadir la serie de anomalías que desencadenó y evidenció la respuesta tardía. No obstante, esto tampoco nos debe quitar el dedo del renglón en señalar quiénes financian a los medios que sacaron el contenido y qué intereses representa Carlos Loret de Mola, figura que genera repudio y rechazo al interior del gremio periodístico nacional.

La periodista (ella sí) Nancy Flores, de la revista “Contralínea”, ha explicado en Canal 21 (televisión pública de la CDMX) y en el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS), qué intereses financian y están detrás del comunicador, y que no son visibles.

Tampoco hay que perder de vista en qué contexto se da toda la publicación, y los retos-desafíos pendientes de empresario Claudio X. González, artífice y titiritero de la alianza PRI-PAN-PRD del proceso electoral 2021.

Por su parte Germán Espino Sánchez, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y quien ha publicado al menos 4 libros sobre comunicación política y relación prensa-poder en México, advirtió de la “crisis de credibilidad” de los medios “tradicionales” en México, crisis que también le llega a Loret.

En el marco del evento “La pluralidad en los medios públicos”, organizado por la Defensoría de Audiencias del sistema de medios de la UAQ, Espino Sánchez mencionó el fenómeno de fragmentación de las audiencias, que desde un punto de vista personal para quien esto escribe, se visibiliza aún más en contextos de polarización.

Por ello, es mejor recomendar a periodistas, medios y analistas con credibilidad, ética en lo que hacen, como Alberto Nájar, Nancy Flores y Daniela Pastrana, para tener un mejor panorama sobre relación prensa-poder en este contexto.

Periodista y profesor de la UAQ

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