Presidente, ¿de qué sirve que presuma que hay camas disponibles en los hospitales públicos cuando la mayoría de los contagiados muere en sus hogares (55% más que las cifras oficiales), por no exponerse al rechazo en hospitales públicos?

¿De qué sirve que usted diga que están disminuyendo los contagios cuando el promedio diario supera los cinco mil, y no adivinan aun cuándo llegaremos al techo de contagios y muertes?

¿En qué beneficia a México su respaldo a los doctores Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, y Jorge Alcocer Varela, secretario de Salud, si han enlutado a más de 80 mil familias y han dañado al sistema de salud nacional?

¿Acaso no hay en todo el sector salud personal más competente y capacitado que los doctores López-Gatell Ramírez y Alcocer Varela, para elaborar y conducir una estrategia efectiva de combate al coronavirus?

Presidente, ¿de qué sirve que gobernadores, ciudadanos y la misma Organización Panamericana de la Salud le pidamos el cambio de estrategia, si usted no escucha? ¿Acaso, según sus cifras, 50 mil personas no son suficientes? ¿Cuántos lo serán, señor presidente?

¿De qué sirve que usted en enero, dos meses antes que Italia y España, haya comenzado a decidir acciones preventivas para frenar la pandemia, si ya superamos a esos países en el número de muertos y ellos están volviendo a reactivar su economía, y nosotros no?

¿Por qué criticar los errores del expresidente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa en el manejo de la pandemia del H1N1, cuando su gobierno ha cometido peores errores que han costado, hasta ahora, más de 80 mil vidas? ¿Qué lo hace mejor si sus resultados son peores?

¿Para qué sirve la Secretaría de la Función Pública y el Órgano Interno de Control en la Secretaría de Salud, si ni siquiera han integrado un expediente en contra del doctor López-Gatell, por su irresponsable manejo de la pandemia? ¿Acaso la incompetencia no es corrupción, señor Presidente?

¿No habría resultado más barato al país atender la propuesta del sector privado y otorgar un salario universal a todos los trabajadores formales e informales que se quedaron sin empleo, en lugar de exponerlos a contagios y muerte por salir a ganarse el sustento de sus familias?

Presidente, ¿de qué sirve que usted diga “yo soy el responsable del resultado final, yo soy el que al final decido y no son, en este caso, porque ante la nación yo soy el presidente, el responsable, no son los secretarios responsables de decisiones, tiene que ser el presidente”, si a final de cuentas nadie de su gobierno o su partido le exigirá cuentas por encubrir los errores de López-Gatell Ramírez y Alcocer Varela?

De nada sirve, señor presidente, que exista un semáforo para el manejo de la pandemia si este se ajusta a sus decisiones y no evita los contagios, para lo que se diseñó. De nada le sirven a México las justificaciones diarias ni las bonitas e ilustrativas presentaciones cuando no hay resultados positivos. Cada enfermo, cada muerto, es una tragedia familiar, social y nacional.

Como mexicano considero inaceptable que su gobierno piense, siquiera, realizar un homenaje a las víctimas de esta pandemia, reflejo de la irresponsabilidad e incompetencia de su gobierno.

Resulta escandaloso que con más de 50 mil muertes, siga aferrándose a una estrategia fallida con irresponsabilidad manifiesta.

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