Increíble pero cierto, Andrés Manuel López Obrador, nuevamente en contra de lo que prometió en campaña, señaló y ratificó que habría perdón a los corruptos y punto final.

Recordemos que acabar con la corrupción fue quizá la bandera que lo llevó a la presidencia. Una y otra vez dijo en campaña que la corrupción era la causa de prácticamente todos los males que aquejan al país y que eso se iba a acabar si él ganaba la elección presidencial. Esto mismo lo ha ratificado ya como presidente electo en múltiples ocasiones. Por ejemplo, en la justificación a la creación de los llamados “superdelegados” señaló que una de las principales razones de dicha creación era para acabar con la corrupción en la que incurren muchos gobernadores al distribuir bienes de los programas federales. En este sentido pareciera que su propósito de acabar con la corrupción es absoluto y firme.

Sin embargo, hace unos días señaló y ratificó que los corruptos de gobiernos de sexenios anteriores al suyo (léase 1 de diciembre 2018) serían perdonados. Las razones que expresó para ello fueron básicamente dos: la primera es que si se juzgasen y sancionasen a todos los corruptos, no alcanzarían las cárceles ni los juzgados. La segunda razón es que se tendría que empezar sancionando “a los de arriba” y que eso desestabilizaría al país.

Lo anterior me parece sumamente grave, no solo porque mintiese en campaña y en la etapa de transición lo que ya de por sí es repudiable, sino también porque su decisión de perdonar a los corruptos va contra la ley. Es muy importante tener presente que la Constitución, que es el máximo ordenamiento jurídico del país señala que el presidente de la República al rendir la protesta se comprometerá a: “respetar y hacer respetar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen” por lo tanto es muy preocupante que el presidente electo se asuma a sí mismo como un personaje superior cuyas decisiones se deben acatar sin más ni más, aún y siendo contrarias a lo establecido en la ley.

Aunado a lo expuesto en el punto anterior es de considerarse el mensaje que se envía y el cómo se percibe por la población. En este sentido, caben preguntas como: ¿Peña Nieto apoyó a AMLO en campaña, utilizando recursos públicos?, ¿es AMLO cómplice y socio de algunos funcionarios peñistas corruptos y, por lo tanto, él también es corrupto? Estas preguntas no solo lesionan la imagen y desarrollo del Lic. López Obrador sino de todo el país.

Por lo aquí expuesto es que considero un grave y doloroso error el perdonar a los grandes corruptos como los ex gobernadores César Duarte, Roberto Borge, Javier Duarte y tantos otros que han saqueado las arcas públicas y con ello impedido el sano desarrollo de millones de mexicanos.

Fuente de los Deseos. Ojalá el Lic. López Obrador y sus diputados federales rectifiquen su decisión de recortar el presupuesto para las universidades públicas. Reducir el presupuesto federal en un 32.5%, como lo proponen, sería amputar el crecimiento del país y cancelar la oportunidad de desarrollo de cientos de miles de jóvenes que quieren estudiar. Ojalá que en lugar de disminuirlo lo incrementen en términos reales.

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