Las nuevas tecnologías ofrecen oportunidades monumentales para dinamizar la labor de las Naciones Unidas en favor de la paz, el desarrollo sostenible y los derechos humanos. El adelanto científico está ayudando como nunca antes a curar enfermedades mortales, alimentar a una población en aumento, impulsar el crecimiento económico y conectar entre sí a empresas, comunidades, familias y amigos de todo el mundo. Ámbitos de rápido desarrollo como la inteligencia artificial, la cadena de bloques y la biotecnología ofrecen un gran potencial para mejorar el bienestar y generar soluciones innovadoras a problemas globales.

El ritmo del cambio es notable: las nuevas tecnologías están pasando del laboratorio al uso global a un ritmo sin precedentes. Más del 90% de todos los datos que hoy existen se produjeron en los dos últimos años. Como me dijo hace poco un líder tecnológico, aunque el sector ya avanza a la velocidad del rayo, los adelantos futuros nunca volverán a ser tan lentos como hoy en día.

Debemos sacar el mayor partido de estas capacidades que salvan y mejoran la vida. Mientras el mundo se esfuerza por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, plan acordado internacionalmente a fin de construir un mundo mejor para todos, las tecnologías digitales pueden resultar de especial utilidad en aquellos ámbitos en que el mundo se encuentra más rezagado. Debemos adoptar enfoques inclusivos que den cabida a todas las partes interesadas, y debemos tomar medidas resueltas para promover la participación significativa de las mujeres y capacitar a las niñas en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

Aunque a muchos de nosotros nos cuesta recordar cómo vivíamos sin Internet, sigue existiendo una enorme brecha digital: para más de la mitad de la población mundial, el acceso es caro, lento o simplemente inexistente. Esta brecha exacerba las desigualdades en otros ámbitos clave como la educación, la salud y la riqueza. Las oportunidades digitales deben llegar a todos, en beneficio de todos.

También hemos de reconocer las amenazas que plantean las nuevas tecnologías. Los sistemas de armas capaces de identificar y matar por sí solos están más cerca de hacerse realidad, lo cual es una noticia moralmente repugnante. Los medios sociales se utilizan para propagar el odio y las mentiras. Los terroristas se aprovechan de la tecnología y las redes de la delincuencia organizada acechan en la web oscura, aprovechándose del cifrado de datos y del pago prácticamente anónimo en criptomonedas por operaciones de trata de personas y tráfico de drogas ilegales. Si bien la innovación sigue abriendo nuevos sectores de empleo, muchos trabajadores temen que sus puestos de trabajo sean víctimas de la automatización, lo cual pone de relieve la necesidad de efectuar una reorientación a gran escala, ampliar los planes de protección social e impartir desde los primeros grados una educación que haga hincapié en el aprendizaje a lo largo de toda la vida.

Podemos y debemos hacer más para asegurar que las tecnologías digitales sean una fuerza al servicio del bien. Por esa razón creé un Panel de Alto Nivel sobre la Cooperación Digital, que acaba de publicar su informe (https://digitalcooperation.org/wp-content/uploads/2019/06/DigitalCoopera...). Dirigido por Melinda Gates, de la Fundación Gates, y Jack Ma, de Alibaba, el Panel reunió a diversos expertos que consultaron a nivel mundial, debatieron enérgicamente y examinaron un amplio espectro de desafíos, y presentaron recomendaciones detalladas para obtener lo mejor de las nuevas tecnologías.

El Panel ha recomendado formas de cerrar la brecha digital, aumentar la cooperación y gobernar mejor el desarrollo de la tecnología digital a través de modelos abiertos, ágiles y de múltiples partes interesadas. Las formas clásicas de gobernanza no sirven: la tecnología avanza tan rápido que, para cuando los responsables de adoptar decisiones se reúnen para preparar, discutir, aprobar, ratificar e implementar una convención o un nuevo acuerdo, el panorama ha cambiado por completo. La formulación de políticas analógicas no funcionará en un mundo digital.

Celebro que el Panel de Alto Nivel reconozca a las Naciones Unidas como una plataforma singularmente legítima y dinámica en la que los Gobiernos, la sociedad civil, los círculos académicos, la comunidad científica y el propio sector tecnológico pueden reunirse para examinar el rumbo que se ha de seguir. Más allá del poder de convocatoria de las Naciones Unidas, nuestras iniciativas de establecimiento de normas, creación de capacidad y recopilación de datos también pueden aportar contribuciones valiosas. Formularé una hoja de ruta sobre la función que han de asumir las Naciones Unidas al respecto, y acogeré cualquier debate que las partes interesadas consideren útil entablar.

Esa conversación no puede esperar; la era de la interdependencia digital se afianza con cada transmisión en directo, transacción en línea y plataforma pionera. Como ocurre con otros fenómenos mundiales por excelencia, como el comercio, las comunicaciones, el cambio climático y la movilidad humana, la cooperación internacional puede ser la diferencia entre el progreso y el caos. Debemos actuar ahora para crear confianza, adelantarnos a los nuevos problemas y configurar un futuro digital pacífico, próspero y positivo para todos.

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