Continúa la retahíla de mentiras y afirmaciones no comprobables por parte del Presidente de la República. Ahora le tocó desmentir al Secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, quien afirmó que no se encontraron actos de corrupción en los contratos y obras del que iba a ser el nuevo aeropuerto de Texcoco. Por la trascendencia nacional e internacional que ello implica, los efectos negativos al crecimiento de la industria aeroespacial y creación de miles de empleos, así como la enorme deuda que se irá a la basura por capricho presidencial; López Obrador, en contrario dijo que sí hubo corrupción, soltando la retahíla de argumentos no demostrables, solo su palabra; algunos incluso discrepan abiertamente con el proyecto del aeropuerto aprobado y lo dicho por el Presidente, tal es el caso de las pistas que tendría el aeropuerto; AMLO dijo que solo tendría 2 pistas y cerrarían 2 aeropuertos. Pero en el proyecto de construcción generado por Norman Foster y Fernando Romero, yerno de Carlos Slim, los datos técnicos daban la absoluta certeza de que el de Texcoco sería de los mejores del mundo. Si bien tendría 2 pistas al inicio de la construcción, al final serían 6, lo que calló el Presidente; podría tener salidas y aterrizajes simultáneos.
Norman Foster ha participado en la construcción de los aeropuertos de Hong Kong, Beijin, Panamá, Kuwait, etc. Más de 200 expertos participaron en la elaboración del proyecto. Desde México, Londres y New York, se coordinarían los trabajos. Ningún arquitecto mexicano tiene la experiencia para proyectar un aeropuerto de tal escala, por eso la participación de Foster y más. El “expertise” lo tienen esos extranjeros. Sin embargo, el Presidente de México encarga a los militares realicen la obra del aeropuerto de Santa Lucía ¿Con qué experiencia? Nulo conocimiento sobre la materia. López Obrador, como cualquiera otra persona, no sabe absolutamente nada de la construcción de aeropuertos. El aeropuerto de Texcoco se iría construyendo poco a poco, para terminarse en 10 años. En su primera fase podría recibir hasta 50 millones de pasajeros en un año; al término, la capacidad sería de 120 millones de movimientos al año.
¿Por qué fue tan importante el tema del aeropuerto desde la campaña para López Obrador? Simple la respuesta. Iba a ser la obra más importante del sexenio de Enrique Peña, obra que hoy quedará en el olvido. Su costo sería de 11 mil millones de dólares (cifras iban y venían); la primera etapa estaría hasta el 2020, luego entonces el gobierno de Andrés Manuel, estaría cargando durante su mandato, con el buen prestigio de la obra de un gobierno neoliberal, gobierno conservador; por eso era indispensable destruir esa obra para el izquierdista, quien prefiere destinar el dinero a programas sociales, que a crear empleos que serían reconocidos para un gobierno neoliberal y no de izquierda. En juego estaba el futuro político de López, quien ya pretende la reelección por medio de la figura de la revocación de mandato. No era pues cualquier cosa la que, políticamente estaba en juego, destruyendo lo que dejó el gobierno de Peña, como la reforma educativa, irá cavando la tumba de aquellos que no todo lo hicieron mal, como lo hace parecer el mismo Presidente de la República, otra más de sus mentiras. Si a ello agregamos que el aeropuerto de Chaingai, que ha sido considerado por 6 años consecutivos como el más importante del mundo, el de México iba a ser muy parecido al prestigiado aeropuerto; eso no convenía al hoy Presidente de la República. Por eso tanta información dada por López Obrador, en su conferencia mañanera, la cual por supuesto no tiene sustento alguno; pero, insiste en que hubiera sido un lujo de derroche y prefirió enterrar la obra que sería recordada por siempre, a pesar de que el gobierno que hoy preside Andrés Manuel, estaría pagando gran parte de la inversión. No le importó y sigue “machacando” en lo inútil y ostentosa que hubiera sido la obra “atascada” de corrupción, la que no existe por supuesto y así lo afirmó el mismo Jiménez Spriú. Conclusión. Todo fue un mal capricho del Presidente, generó una deuda multimillonaria inútil a cargo del erario.
Analista legislativo. @HectorParraRgz
