Las personas que fuman tabaco, además de contaminarse a sí mismas y en consecuencia afectar su salud, se vuelven adictas, a causa del contenido de nicotina, la cual es muy adictiva. Asimismo, el humo del cigarro contamina el medio ambiente: atmósfera, suelo y agua.

Los daños del tabaquismo no le ocurren solamente a las personas que fuman directamente, es bien sabido que también dañan severamente a las personas que les rodean, pueden ser familiares o amigos, compañeros de trabajo o las personas con quienes comparten espacios cerrados, estos son los “fumadores pasivos”. Se ha encontrado que la nicotina es absorbida por las plantas y que las plantas también son “fumadoras pasivas”, porque lo absorben por las raíces o por absorción desde un suelo contaminado.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los países que han reconocido la importancia de informar al público, han logrado un descenso en el consumo de tabaco. En muchos hogares, lugares públicos y centros de trabajo ya no se considera aceptable fumar y muchas personas se ven impedidas de hacerlo en lugares públicos cerrados, por las prohibiciones adoptadas. Las restricciones son más rígidas en los países desarrollados que en los subdesarrollados.

En nuestro país y en Querétaro se han logrado avances, se han establecido restricciones, se prohíbe fumar en espacios públicos cerrados. Sin embargo, aun en espacios abiertos los fumadores pueden afectar a otras personas, porque su humo puede llegarles, según la dirección del viento.

Todavía persiste, frecuentemente, que al interior del hogar el padre o la madre fumen, dañando severamente la salud de los demás miembros de la familia, de sus hijos.

El humo ambiental del tabaco inhibe la capacidad de la sangre para llevar oxígeno a los tejidos corporales, incluidos el corazón y el cerebro, debido a la gran cantidad de monóxido de carbono que contiene más de cuarenta compuestos del conocido efecto cancerígeno, como el benceno. Sin embargo, la presencia en el aire de otras fuentes de contaminación, como por ejemplo la que producen los vehículos de motor de combustión interna, había hecho muy difícil demostrar científicamente la relación entre el tabaco y la contaminación en locales cerrados (Grupo de Investigación de Tecnologías Bioanalíticas del Departamento de Química, Universidad de Girona, España).

La manufactura del cigarro es una de las principales causas de desechos químicos. En Estados Unidos, por ejemplo, la industria tabacalera es número 18 en la lista de industrias con desechos químicos. El tabaco es una planta que necesita más pesticidas y fertilizantes que otras. A su vez, los plaguicidas pasan al agua y la contaminan afectando plantas y animales. Los suelos donde se cultiva tabaco son frecuentemente fumigados con metilbromuro, un químico que se sabe afecta la capa de ozono.

El humo de tabaco tiene más de 7 mil sustancias tóxicas que constantemente son liberadas al aire que todos respiramos, incluyendo monóxido de carbono. La combustión también produce dióxido de carbono, contribuyendo al aumento del efecto invernadero del planeta.

El 97 por ciento de los cigarrillos que se consumen hoy en día a nivel mundial tienen filtros y de estos más del 80 por ciento son de acetato de celulosa. Estas colillas son la mayor causa de basura en el mundo. Se estima que se desechan más de 4,5 trillones de colillas por año y pueden tardar hasta 25 años en degradarse. Las colillas concentran las sustancias tóxicas del humo, generalmente se tiran al piso y, cuando llueve, son arrastradas a las alcantarillas. Los filtros de los cigarros, como el humo, tienen altos contenidos de cadmio. Se sabe que cualquier nivel de cadmio en el organismo es dañino para la salud por lo cual las colillas de cigarros deberían ser tratadas como residuos peligrosos.

Ex Rector de la UAQzepeda@uaq.mx

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