En esta ocasión se trata lo referente al ozono y a las partículas suspendidas en nuestra metrópoli, con base en las mediciones de la Secretaría de Desarrollo Sustentable del gobierno del de Querétaro (Sedesu) y al final se presenta una recomendación. El tema de la contaminación atmosférica provocada por la actividad humana es vasto, de importancia local y de consecuencias en el calentamiento global que han venido afectando la vida del planeta, lo que nos compromete a asumir responsabilidades y a llevar a cabo acciones efectivas.

En la Zona Metropolitana de Querétaro (ZMQ) los niveles de contaminación por partículas suspendidas alcanzaron, el 13 de febrero de 2013, una lectura máxima de 155 microgramos por metro cúbico en la estación Félix Osores; cifra menor al valor permisible, pero a la vez considerable, siendo el límite de 210 microgramos por metro cúbico. Con respecto al ozono, entre el 7 y 13 de febrero se midieron valores cercanos al 50% del límite máximo permisible que, en ese entonces, era de 0.11 partes por millón (ppm). Las cinco estaciones de monitoreo ambiental de referencia son administradas por la Sedesu.

A su vez, en mediciones de calidad del aire llevadas a cabo el 31 de diciembre pasado, en cuanto a ozono, en la estación Corregidora se encontraron 0.070 ppm, en este caso no se rebasó el límite que actualmente es de 0.095. En otros contaminantes medidos no se rebasaron los límites. De cualquier forma, es conveniente poner atención y realizar las acciones necesarias para evitar que se sigan elevando la contaminación atmosférica en la ZMQ.

La concentración de ozono, como contaminante atmosférico, debe ser menor o igual a 0.0.095 ppm, en concentración horaria, para no ser rebasado una vez al año. La Norma Oficial Mexicana 020-SSA, de salud ambiental, establece las especificaciones y métodos de prueba para evaluar la calidad del aire ambiente con respecto al ozono para la protección de la salud de la población. El ozono se forma en la atmósfera baja por reacciones fotoquímicas, es un contaminante secundario. El ser humano resulta afectado por el ozono a concentraciones entre 0.05 y 0.1 mg kg-1, causándole irritación de las fosas nasales y garganta, así como sequedad de las mucosas de las vías respiratorias.

Los efectos nocivos de las partículas suspendidas se manifiestan en los daños que ocasionan a la salud, mismas que, posiblemente, a largo plazo resulten más graves que los que ocasiona el ozono y sus precursores, ya que una fracción importante de las partículas suspendidas está integrada por una variedad de compuestos tóxicos, entre los que se incluyen metales pesados y sustancias orgánicas sintéticas, las cuales son retenidas por el aparato respiratorio y tienen la oportunidad de actuar de manera acumulativa y crónica en la salud de los habitantes.

En la temporada de estiaje se presentan las tolvaneras, las cuales se forman gracias a la acción de los vientos actuando sobre las superficies erosionadas o desprovistas de vegetación. En nuestra ZMQ, como desafortunadamente ocurre en muchas otras ciudades, las obras de construcción y excavaciones, así como la explotación de bancos de material, actividades comerciales e industriales, provocan material suelto como las arenas y las arcillas secas que con la acción del viento generan las tolvaneras.

Debe establecerse mayor vigilancia y medidas estrictas para evitar la contaminación atmosférica en general. En lo que atañe a partículas suspendidas, puede lograrse su disminución con el cuidado en los permisos que se otorgan en la construcción y en la explotación de bancos de materiales, comercio e industria, además de la supervisión necesaria y la cultura ambiental que, es menester, adoptemos todos los ciudadanos.

Ex rector de la UAQ

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