La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación del pasado jueves, en torno a la consulta propuesta por el inquilino de Palacio para juzgar a los expresidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña, generó una gran polémica y se ha escrito y opinado mucho sobre ella.

Unos a favor, otros en contra, han expresado su opinión sobre la determinación de los Ministros de la Corte, en particular de su presidente, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, queretano por cierto.

En lo personal también fijé postura de manera inicial, tras el fallo, seis a cinco, a favor de la consulta, con el cambio de la pregunta original planteada por la misma Presidencia de la República y que tenía una clara intención político electoral, dirigida a las bases de Ya saben Quién.
“¿Está de acuerdo o no, con que las autoridades competentes investiguen y en su caso sancionen la comisión de delitos de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, antes, durante y después de sus gestiones?”, era la pregunta enviada por el inquilino de Palacio al Senado y que finalmente llegó a la SCJN.

Sin embargo, en aras de permitir la constitucionalidad de la pregunta, los ministros determinaron cambiarla por un galimatías que logró una salida tangencial, pues elaboraron un verdadero bodrio que se lee así:

“¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”.

Con esa pregunta pasó la consulta y, de un día para otro, la Corte y sus ministros sacaron de la jugada la palabra ‘juicio’ y los nombres de los expresidentes.

Más aún, en diferentes espacios y como para tratar de lavarse la cara, el ministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, intentó aclarar lo que decidió el supremo Tribunal de la nación.

En todas las entrevistas, Zaldívar Lelo de Larrea afirmó, una y otra vez, que el resultado de la consulta no es vinculante al Ministerio Público o a la Fiscalía General de la República; es decir que, pese a los resultados de la misma, no obliga a las autoridades judiciales a hacer su trabajo; no habría juicio, pues.

En entrevista ayer viernes en el noticiario radiofónico de Ciro Gómez Leyva, Arturo Saldivar sostuvo textualmente que ‘la consulta no tiene absolutamente nada que ver con los procedimientos ministeriales y judiciales que estén en trámite o que puedan presentarse en el futuro’.

“Es importante señalar que la pregunta no habla de juzgar, habla de emprender procesos de esclarecimiento de decisiones políticas, va encaminada más a la creación de comisiones de la verdad, que a procedimientos judiciales”, dijo el ministro presidente de la Corte.
Además, afirmó que la pregunta ya no se puede cambiar, tampoco la fecha autorizada para la misma y, más aún, que el promovente; es decir el inquilino de Palacio Nacional, no podrá pronunciarse a favor o en contra de la consulta o de la pregunta.

Dicho en otras palabras, con su decisión los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sacaron de la jugada los nombres de los expresidentes, eliminaron la posibilidad de enjuiciarlos y, más aún, metieron en el enjuague a todos los funcionarios públicos del pasado, incluido el mismo Andrés Manuel López Obrador, la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheimbaum o el mismo titular de la CFE, Manuel Barttlet, todos ellos que han ocupado algún cargo en el pasado y que tienen, sin duda cuentas por aclarar. ¿Le entrarán? Pregunto, no digo.

El último párrafo. Lo que son las cosas. Donald Trump se burló en el debate del pasado martes de Joe Biden por usar cubrebocas. El viernes el presidente de los Estados Unidos dio positivo a Covid-19, mientras que la prueba de su rival demócrata dio negativo, aunque todavía habrá que hacer otra más en unos días.

Google News