Si en años anteriores pensábamos que nuestro país pasaba por momentos difíciles, no imaginábamos hasta qué punto llegarían los daños. Éstos son muchos, la sociedad lo percibe y lo sabe, y de no actuar pueden volverse irreversibles durante un largo periodo.

El gobierno federal insiste en promover una postura de polarización. No sabe o no le importa cuán peligrosa es, dejan a un lado la política como un proceso que es mediante el cual se busca acceder al poder, ejercerlo y mantenerlo, sin embargo, varios servidores públicos la quieren aprovechar para beneficio personal.

En los últimos días varios funcionarios de todos los niveles de gobierno han hecho públicas sus aspiraciones personales para acceder a diversos cargos de elección popular sin respetar la ley y utilizando recursos públicos para exaltar su personalidad, dejando en segundo plano sus obligaciones y responsabilidades como servidores públicos.

No es tiempo de propuestas personalistas, pues de los resultados que entreguen en su gestión será la respuesta de la sociedad. Es posible está dinámica de integración de diversos partidos políticos y la sociedad.

Para poder implementar las políticas públicas que la sociedad necesita, se requiere de consensos y gobernabilidad; que haya un sano diálogo entre gobierno y ciudadanía. Para ello es necesario ver a la política como un medio y no como un fin en sí mismo. El poder es para ejercerlo de manera que beneficie a la gente, a través del consenso y del diálogo plural.

Diversas organizaciones sociales, tomando en cuenta lo anterior han propuesto a diversos partidos y a los ciudadanos “construir una nueva mayoría que impida que se destruya nuestra incipiente democracia y que permita consolidar las bases de un modelo político plural que sea capaz de enriquecerse a partir de la diferencia”.

Pensar en la constitución de las alianzas es ir más allá de derechas o izquierda, de lo que se trata es de recuperar los equilibrios institucionales, de convertirse en alternativa. Participar separados implica una gran probabilidad de que continué el actual partido en el gobierno y sus aliados ganen las elecciones del año que viene. Disminuidos, como están, además de divididos, los partidos políticos no tienen probabilidad de llevarse la mayoría de distritos, gubernaturas, y presidencias municipales.

Se está dejando a un lado la discusión de fondo. El discurso de la polarización aumenta el desánimo y disputas que hace suyas un público electoral que, solo distingue la capa más superficial para calificar de buenos y malos a quienes abanderan colores de la política. Sin embargo, de no trabajar por una alianza, estará nuevamente centrada la atención en los reflectores los discursos insulsos y personalistas que distraen de un objetivo supremo: contar con una democracia vigorosa y fortalecida en el consenso social.

Lo comentamos en otras colaboraciones, es necesario sumar voluntades, generar y asumir acuerdos. Los cambios electorales son siempre motivo de disenso cuando lo que necesita el país son consensos: para crecer, combatir la pobreza, recomponer los sistemas de salud y educación o disminuir la violencia. La política la hacen las personas no las siglas, ni los colores ni los partidos. Hay que escuchar, analizar, proponer y llegar a consensos para encontrar una fuerza común, que en unidad nos permita defender a México y a Querétaro a través de un proyecto que dé cabida a todas y todos, pero principalmente a las ciudadanas y ciudadanos.

Es posible la conformación de una alianza y candidaturas comunes con la sociedad y otras fuerzas políticas, motivadas por la exigencia de la sociedad organizada y sectores productivos para hacer frente a la falsa transformación del país.

Como dijo Cicerón: “El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretende hacerse superior a las leyes”.

Expresidente municipal de Querétaro y ex legislador. @Chucho_RH

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