En los pasados días se conoció otro testimonio del personal de salud de Querétaro en donde se evidencia el alto número de camas ocupadas, esta vez, en el Hospital General. Esto contrasta mucho no sólo con las decisiones recientemente tomadas por el gobernador Francisco Domínguez, sino con la información que algunos medios de comunicación han brindado acerca de la ocupación hospitalaria. ¿Qué implicaciones existen?

Las denuncias por parte del personal de salud en el Hospital General que enfatizan el elevado número de camas ocupadas para atender a pacientes enfermos de Covid-19 no son nuevas en nuestra entidad en este tiempo. Numerosos reportes se han efectuado a lo largo de estos casi seis meses de la pandemia en Querétaro, y el común denominador de ellos es la serie de exhaustivas jornadas en la que el personal de salud ha tenido que participar con el objetivo de atender a los pacientes.

En muchas ocasiones estos reportes narran las desgarradoras historias de familias que han perdido algún miembro suyo y que formaba parte del personal de salud. Relatan que no cuentan con apoyos o indemnizaciones que le permitan tener a la familia un soporte temporal. De la misma manera, los reportes cuentan el lado que los medios de comunicación en general han fallado en comunicar: el elevado número de ocupación hospitalaria.

Ha sido recurrente que el personal médico denuncie que cuando los medios de comunicación visitan los centros de salud, sólo capturen imágenes de las pocas camas vacías que por una razón u otra no estaban ocupadas en ese momento. La verdadera realidad, relatan los miembros de personal de salud, es una muy diferente al menos en urgencias, ya que aseguran que están al borde del 100% de la ocupación.

En este contexto se inserta la decisión del gobernador Domínguez de abrir cines, teatros y museos a partir del primero de septiembre. Parte de esta decisión es abrir la cartelera cultural del estado y generar turismo. Pero la pregunta es: ¿es necesaria esta medida en las condiciones que se encuentra nuestra entidad?

Hay preocupación en la población por la ocupación hospitalaria en Querétaro y por algunas de las decisiones que ha tomado la Secretaría de Salud estatal. De ahí que esta reapertura de espacios públicos y privados genere ansiedad en las personas, pues permitirá más flujos en la ciudad y ello potencialmente causaría un aumento en el número de contagios de Covid-19. No obstante, también hay que considerar la otra mirada de la situación, es decir, de la posibilidad que tendrá un sector de la población para reanudar sus labores y recibir su sueldo: recordemos que no todos los trabajos se pueden continuar realizando a través del home office.

La clave aquí no es satanizar estas decisiones nomás porque sí, es decir, las autoridades estatales de varios partidos políticos se han enfrentado a elegir entre abrir espacios o mantenerlos cerrados. La importancia aquí radica en que las personas que regresen a sus actividades laborales en los cines, teatros y museos lo hagan con la responsabilidad que ello implica. Deben puntualmente seguir las prácticas sanitarias y los mejores hábitos para evitar que el nuevo coronavirus se esparza.

Ahora, este también es un llamado a que nosotros como población de Querétaro continuemos y reforcemos las prácticas sanitarias que nos han indicado las autoridades estatales y federales en estos seis meses. Superar esta pandemia ciertamente es responsabilidad de las autoridades gubernamentales de los tres niveles, pero no olvidemos que también es nuestra. Ante la ausencia de una vacuna, seguir las buenas prácticas nos permitirá regresar a nuestras actividades habituales: está mejor ser consciente de ello y aplicarlo por nuestro bien individual y colectivo que satanizar las decisiones.

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