“Prefiero ser rebelde que esclava. Insto
a las mujeres a la rebelión” 

Meryl Streep, en Suffragette.

Discursos que se desgarran en panfletos flamígeros, es curioso escuchar a los diputados y senadores culpar a los jueces corruptos, machos opresores que liberaron al presunto asesino intelectual de Abril Pérez, su exesposo, pero cerrar los ojos ante otras formas de violencia que terminan también en feminicidios, en atrocidades indecibles.

Cancerberos del austericidio, los legisladores, desmemoriados selectivos, olvidan que ellos han recortado presupuestos a programas de prevención, que muchos fueron cómplices en la intentona por cerrar los refugios para mujeres víctimas de violencia, que 77% de los casos que llegan a las fiscalías por tentativa de feminicidios terminan reclasificados como violencia familiar… Omiten señalar que el caso de Abril es una constante y no una excepción.

Si el Ministerio Público hubiese actuado a tiempo, si hubiese realizado un trabajo más sólido, más elaborado y más profesional es probable que los jueces no hubiesen podido liberar al presunto asesino, quizá hubieran impedido incluso que su defensa lograse la reclasificación del tipo penal.

Pero, ¿quién puede llevar decenas de casos al mismo tiempo sin meter la pata en algún momento?, quizá esos legisladores que se dedican a buscar culpables para lucirse deberían, mejor, enfocar sus energías en dotar de recursos a los ministerios públicos, fortalecer al sistema penal, gastar dinero, mucho dinero en capacitar, en poner a la altura de los abogados de feminicidas a los “defensores del pueblo”, o sea, a los trabajadores de la procuración de justicia y de la investigación de los delitos en el país.

Aunque, siempre es más fácil ocultarse en declaraciones populistas y evadir las responsabilidades que le tocan a cada quien.

Sí, también el Congreso es un macho violador.

DE COLOFÓN

No le gusta el fracking pero compramos muchísimo producto del fracking… ¿qué, pues?

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