En los días pasados se conoció la noticia de que diez integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), que representa un espacio de diálogo político en el país, abandonarían el grupo. En este contexto, el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, anunció que continuaría en su labor como presidente de la Conferencia. ¿Qué implicaciones tiene este hecho para la política mexicana?

La Conago fue establecida propiamente en 2002 bajo los intereses de los gobernadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Revolucionario Democrático (PRD). La intención de estos partidos fue crear un espacio para el diálogo entre las diferentes visiones políticas y crear una agenda nacional conjunta. Es imprescindible mencionar en este escenario que la Conferencia se origina a inicios de la administración presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), encabezada por Vicente Fox, tras la transición política de 2000.

No obstante, ahora una decena de integrantes de la Conago han dado un paso fuera del grupo. De estos diez, cinco son del PAN, dos del PRI, uno del PRD, uno de Movimiento Ciudadano y otro es gobernador independiente. Los nombres que más pesan en esta separación son Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, Javier Corral, gobernador de Chihuahua, y Jaime Rodríguez “El Bronco”, gobernador de Nuevo León.

Si bien la Conferencia permanece con 22 integrantes, cuyo presidente forma parte de la oposición política de México, la salida de poco menos de un tercio de los gobernantes del país representa una gran pérdida en el espacio de apoyo político, sobre todo considerando que quienes partieron eran de partidos diferentes al de la actual administración presidencial.

Un interés central de la Conago ha sido por varios años la revisión de la distribución de los recursos de la Federación, lo anterior porque hay varias entidades que entregan recursos sustanciosos al Gobierno Federal y reciben menos de regreso como parte del sistema de distribución de éstos. También han buscado diseñar una agenda que les permita atender con mejor comunicación los problemas que aquejan a varios estados en común, así como al país. Sin embargo, un elemento trascendental que representaba, y que no podemos dejar a un lado, era que fungía como un espacio de unidad y contrapeso hacia el presidente, sin importar quien fuera. En su momento fue hacia Fox, luego hacia Felipe Calderón, recientemente hacia Enrique Peña y ahora hacia Andrés Manuel López Obrador.

Más que en otros momentos, hoy en día la Conago es vital para la política en México, pues si bien en las pasadas tres administraciones presidenciales existían claros y reales contrapesos edificados por los partidos de oposición, hoy en día la oposición política del país es casi inexistente. La desacreditación severa que han tenido los tres partidos políticos más poderosos, es decir, PRI, PAN y PRD, ha propiciado que Morena siga siendo la opción para muchas personas a pesar de los aciertos y errores que ha tenido la 4T. Por ello es que esta separación de diez gobernadores de la Conferencia merma el posible camino de alianza que podrían tener varios partidos políticos de cara a 2021.

Domínguez seguirá contando con otros 15 gobernantes de oposición, y es un buen número, pero perdió nombres importantes en esta configuración, panorama que lo podría detener si aspira a generar una oposición a Morena en 2021 y a, quizá, diseñar su ascenso como líder nacional del PAN. Ahora, las preguntas que surgen son: ¿qué sucederá con los diez gobernadores que abandonaron la Conago?, ¿qué nuevo plan se desarrollará en la Conferencia?, y ¿qué estrategia se implementará ahora para generar un contrapeso político hacia López Obrador? Las respuestas a estas preguntas resultan fundamentales para poder visualizar y analizar el posible camino que tendremos en nuestro país en 2021.

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