Homo sapiens, especie ruidosa 
y caliente.  

Hace unos meses, en esta columna se comentó un estudio que estimó la reducción de la actividad humana durante el confinamiento. Por algunas semanas se “silenciaron” las perturbaciones que generamos sobre el suelo, provocando una reducción del 50% del ruido sísmico antropogénico a nivel global. Como consecuencia, también se redujo 7% el uso de combustibles fósiles. En ese sentido, de alguna manera nos vimos obligados a detener el ruido, pero al parecer no así con el calor.

Disminuir la quema de combustibles fósiles durante  2020 no fue suficiente para tener una contribución positiva en el cambio climático. De acuerdo con el Servicio de Cambio Climático Copernicus (de la Unión Europea), la variación en la temperatura durante  2020 fue 1.25 °C superior a la temperatura media en el periodo previo a la revolución industrial.

Este incremento en la temperatura se acerca peligrosamente al valor máximo de 1.5 °C que según la ONU provocaría efectos irreversibles. Y es que cada año los cambios en el clima se hacen más evidentes, pues de acuerdo con el diario The Guardian, en algunas regiones del Ártico y el norte de Siberia, la temperatura se ha elevado más de 6 °C.

2020 fue tan caliente tres años previos, sin embargo, en 2016 se presentó El Niño, fenómeno que provoca un incremento considerable en la temperatura y que se presenta de manera periódica cada ocho años. Siendo así, ¿qué nos esperará en 2024? No parece un futuro prometedor.

En fin, inicia el año y muchas personas quisiéramos que con ello terminaran todas las complicaciones y problemas, como si 2020 fuera el capítulo de un libro que se acaba el 31 de diciembre y reinicia un episodio nuevo, sin concatenación alguna en la línea temporal y de eventos. Y la vacuna nos da un poco esa sensación esperanzadora. Pero, aunque cambiemos de este fatídico capítulo llamado Covid-19, hay otros retos tan globales como la pandemia, pero dentro de una caja de pandora que, en algún momento, podría abrir una nueva serie de eventos desafortunados.

“Los bloqueos de Covid en todo el mundo pueden haber provocado una ligera caída en las emisiones, pero el CO2 que se acumula en la atmósfera sigue aumentando rápidamente. A menos que la recuperación económica mundial de las pesadillas de 2020 sea verde [ecológica], el futuro de muchos millones de personas en todo el mundo parece realmente negro “, declaró Dave Reay, de la Universidad de Edimburgo para The Guardian. Yo no sé si e futuro será verde como industria de la energía, pero muy probablemente es necesario un cambio en los patrones de consumo, de distribución de los recursos y medios de producción, no sólo como un cambio cultural cuya responsabilidad cae sobre las personas; sino también sobre industria y estado. Se dice simple, pero es inicio de año y algo me obliga a mantener estas letras optimistas.

Fuentes:
—Climate crisis: 2020 was joint hottest year ever recorded. 
http://bit.ly/35xqfqa
—This article is more than 1 month old Rebound in carbon emissions expected in 2021 after fall caused by Covid. 
http://bit.ly/3bvmK7r

*Twitter: @chrisantics

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