El Gobierno de la Cuarta Transformación llegará este lunes a sus primeros 100 días; el titular del Poder Ejecutivo ha anunciado que en ese marco presentará un informe sobre los logros alcanzados durante este periodo, aunque a decir verdad, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador inició formalmente el 1 de julio del año pasado, un ejercicio de esta naturaleza bien vale la pena por lo todo lo que significa el gobierno del tabasqueño.

El Presidente y su equipo se esmerarán en ofrecer una visión optimista de los primeros 100 días de la administración federal; dirán lo que tienen que decir, que la economía está estable, que se han generado empleos, se han sentado las bases para una nueva forma de vida de los mexicanos, se ataca la corrupción, el combate al huachicol ya ha dado resultados y nos darán cifras y cifras de esos logros; eso harán porque ese es su papel y difícilmente se podrá esperar lo contrario.

Una autoevaluación objetiva de la realidad no la veremos; no aceptarán errores aunque los han cometido y dirán que las inercias de la entelequia que han dado en bautizar como la mafia del poder, los fifís o los conservadores neoliberales, les han impedido avanzar más rápido.

Pese a ello y, como dice el presidente: con todo respeto, hay al interior del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador focos amarillos que preocupan a más de uno al interior del mismo.

La preocupación, al interior de algunas dependencias federales y en al menos una oficina de la Presidencia de la República, radica en que el presidente López [Obrador] tiene dos enemigos al interior: la incapacidad del Estado mexicano de la Cuarta Transformación y del mismo Presidente, de comunicar adecuadamente y, lo mostrencos de algunos militantes y simpatizantes de Morena e incluso, de algunos secretarios de Estado, que actúan a la ligera, sin medir consecuencias y más reactivos que proactivos.

Desde que inició el gobierno de López Obrador, ha habido un factor común; los temas que se vuelven polémicos, más por lo que se publica o declara por parte de miembros del Presidente de la República, del equipo presidencial y  de militantes de Morena, que por lo que ha podido señalar, declarar o publicar la oposición.

Los casos del avión presidencial y sus costos, la estrategia contra el huachicol —incluidas las pipas que no cumplen la NOM—, los recortes a estancias infantiles y a los refugios para mujeres víctimas de maltrato, sólo por poner unos ejemplos, son temas que el mismo presidente López Obrador puso en la agenda mediática por la vía de sus conferencias mañaneras pero que no supo o no pudo explicar de manera adecuada.

Una vez conocidos estos temas y generada la polémica por la falta de explicaciones claras, intentaron salir a apagar el fuego —algunos como el director de Pemex, Octavio Romero, con presentaciones que ni un estudiante de secundaria podría hacer peor—, sin mayor éxito; intentaron por las redes sociales; por la prensa afín y hasta por medios antiquísimos como volantes y fotocopias para que la gente entendiera lo que ellos no fueron capaces de explicar desde un inicio.

De acuerdo con María José Canel, catedrática de Comunicación Política y Sector Público en la Universidad Complutense de Madrid, España; la comunicación política es el “conjunto de reglas (principios) y procedimientos (aplicaciones específicas) de la comunicación de intención persuasiva que, con recursos sicológicos e informativos, llevan a cabo las instituciones públicas para influir en los destinatarios con el fin de conseguir en éstos una adhesión permanente para ejercer y distribuir el poder, así como realizar el bien público”.

Vista esta definición y el actuar del gobierno mexicano en su esquema de comunicación podemos concluir, nuevamente, con todo respeto, que el pie del que cojea el Presidente es el mismo que le hizo llegar a la Presidencia: su capacidad de comunicar.

El último párrafo

La sede de la Secretaría de la Función Pública en la capital de Querétaro parece estar definida y será en el edificio que ocupa —a medias— la empresa aseguradora del gobierno mexicano para beneficio del sector agropecuario. Sí, en Constituyentes 124, en la colonia El Carrizal que hoy tiene desocupadas más de la mitad de sus oficinas. Ahí despacharía Irma Eréndira Sandoval y desde ahí se perseguirá a los corruptos que identifique la Cuarta Transformación

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