¿Cómo amar y respetar la tierra que uno pisa cuando siempre la ha visto sucia y desatendida? ¿Cómo no querer correr hacia el sueño estadounidense cuando lo que te rodea es pobreza y subdesarrollo?

La Reserva de la Biósfera Sierra Gorda, en Querétaro, es un área natural protegida donde un gran porcentaje de sus 100,000 habitantes no dispone de grandes riquezas materiales. Sin embargo, son infinitamente ricos en cuanto a los bienes naturales de los que disponen y a la belleza escénica que los rodea.

Pero, ¿cuánto cuesta hacer entender eso a una población a la que se le dice que el progreso es sinónimo de ciudad y consumismo? ¿Cómo optar por el campo y los trabajos tradicionales cuando los familiares llegan desde Estados Unidos con dólares, carros y ropa nueva?

Desde su nacimiento, hace 28 años, Grupo Ecológico Sierra Gorda (GESG) ha defendido los pequeños placeres de la vida, el monte frente a la ciudad y rechazado las necesidades creadas de manera artificial.

Como predicar con el ejemplo es la mejor herramienta de convencimiento que se puede utilizar, desde el inicio esta organización civil se volcó en la educación ambiental comunitaria.

Por décadas, se han realizado visitas a escuelas para conseguir que maestros y alumnos se involucren en la sensibilización ambiental comunitaria a través de sesiones escolares, reuniones con padres de familia, campañas de saneamiento y  clasificación de residuos, creación de hortalizas, reforestación del entorno escolar y comunitario, murales, programas radiofónicos, centros de acopio de materiales reciclables, recorridos de observación de la naturaleza y Fiestas de la Tierra, entre otras actividades.

Todo ello con el objetivo de pasar del discurso a la acción y conseguir que las nuevas generaciones de serranos desarrollen una nueva percepción hacia la tierra.

Vincular a los niños con su raíz y su territorio, enseñándoles a amarlo y a asumir responsabilidades inmediatas de mejora de sus comunidades, ha sido una prioridad en la que GESG ha trabajado en todos los niveles educativos, desde preescolar hasta bachillerato.

Además, hemos creado grupos organizados por jóvenes voluntarios de secundaria que llevan a cabo múltiples acciones encaminadas al rescate del medio ambiente y la salud. Estos chicos, denominados “Líderes ecológicos”, han participado en el último año en el Proyecto Localiza, una iniciativa de The Lexicon of Sustainability a partir de la cual se cuentan historias de sustentabilidad por medio de obras de arte informativas.

Mediante un acuerdo, el proyecto estadounidense orienta y provee los materiales de soporte necesarios para dirigir las sesiones (discusiones, visitas de campo, entrevistas a productores locales, desarrollo artístico y digital, foros de comunicación y análisis).

Así, los líderes ecológicos comprenden mejor los términos de sustentabilidad, como “orgánico” y “libre de hormonas”, que son conceptos sencillos pero a la vez tan complejos como el modo de producción de la comida.

Luego, los jóvenes plasman las palabras usadas por las personas a las que entrevistan en fotografías que ellos mismos toman.

A día de hoy, en Estados Unidos ya se han celebrado más de 500 exposiciones con el trabajo de jóvenes promesas.

Aunque en Sierra Gorda el ritmo es más pausado, seguimos aprovechando esta nueva puerta que se nos ha abierto y que representa una oportunidad más de enseñarle a los habitantes de la Sierra Gorda, a México y al mundo las riquezas con las que contamos en el área protegida más ecodiversa del país.

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