“El que sospecha invita a traicionarlo”
Voltaire

José Rodolfo Villareal Hernández encabeza la lista de los fugitivos más buscados por el FBI que ofrece una recompensa de 1 millón de dólares a quien aporte elementos para su captura.

Le apodan El Gato, es originario de Nuevo León, tiene 42 años y es, también, el jefe máximo de lo que queda vivo en el Cártel de los Beltrán Leyva, se le acusa de ordenar, en 2013, la ejecución del abogado del Cártel del Golfo, Juan Guerrero Chapa, que en ese entonces radicaba en Texas.

Una investigación presentada por el periodista Óscar Balderas en el programa a mi cargo en MVS Noticias, da cuenta de la importancia que la captura de El Gato tendría en el caso que los fiscales norteamericanos arman contra el exsecretario de la Defensa Salvador Cienfuegos.

Apenas un par de días antes de la detención de Cienfuegos en California, El Gato fue incluido en la lista de los más buscados por la justicia estadounidense, la principal razón, apunta Balderas basado en diversas fuentes de seguridad en ambos lados de la frontera, es que el hombre guardaría los secretos que durante años llevaron a Cienfuegos a proteger, e incluso cooperar, con el cártel H2 a cambio de millonarios sobornos que tendrían el objetivo de convertir al grupo criminal en una cofradía intocable por la Sedena.

Cierto, los años dorados de los Beltrán hace mucho ya que fenecieron, las traiciones y los golpes bajos que pululaban contra sus antiguos socios del Cártel de Sinaloa parecen cosa de menor importancia hoy frente al poder hegemónico que acumula Nemesio Oceguera y su Cártel Jalisco Nueva Generación.

Sin embargo, El Gato podría ser el cancerbero que guarda la historia de cómo fue que llegamos a vivir en este infierno de dolor bañado en sangre, el testigo clave que quizá, de ser atrapado, contaría al mundo los nexos que durante décadas tuvo la Secretaría de la Defensa con el otrora poderoso Cártel del Chapo.

Y, no nos engañemos, la DEA bien puede tener varias cuentas pendientes con el Ejército Mexicano que ha impedido mediante tácticas burocráticas y de contrainteligencia en campo, la detención y desmantelamiento de grupos criminales que hoy se ufanan de pertenecer a los más importantes en el globo.

El presidente López Obrador ha pedido transparencia a la DEA, con su característica chabacanería en declaraciones al vuelo sube la tensión, quizá sin saberlo, en una ya complicada relación en materia de seguridad con nuestros vecinos.

¿Será que la Guardia Nacional tendrá como prioridad la detención de un hombre, El Gato, que hoy bien podría ser una presa relativamente fácil al no contar con la protección de un cártel importante, aunque esto signifique una bomba política para el Estado mexicano?

¿O será que, como en los viejos tiempos, se estropearán las operaciones para evitar que la verdad salga a flote y salvar el pellejo?

¿Gato encerrado?

De Colofón

Alfonso Durazo entregó un país seguro... En sus sueños. No crea que no terminó la chamba, se sacrifica porque ha sido llamado por la militancia en Sonora para encabezar la transformación.

De acuerdo a México Evalúa, la media de impunidad en 2019 fue de 92.4%, es decir, solamente 1 de cada 10 delitos es castigado.

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