De conformidad con lo previsto en el artículo 74 fracción IV, de la Constitución General de la República Mexicana, el próximo martes 8 de septiembre, el titular de la Secretaría de Hacienda del gobierno federal presentará al Congreso de la Unión el paquete económico para el ejercicio fiscal 2021.

En dicho paquete se incluyen los criterios generales de política económica, la iniciativa de Ley de Ingresos, la miscelánea fiscal y el proyecto de presupuesto de egresos de la federación para el año que entra.

Algunos especialistas han catalogado a este paquete como el más austero del siglo XXI, y no es para menos, pues ahora dicha austeridad no responde a una decisión política, sino a un entorno económico adverso.

Hace un año vaticinábamos el mal camino que estaba llevando la economía mexicana, con una desaceleración evidente y un nulo crecimiento, señalando una caída del 1% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional para quedar en 0.6%; hoy quisiéramos tener ese ritmo de crecimiento.

Las expectativas son desastrosas, pues ahora estamos hablando de una caída de -10 puntos del PIB, es decir, estamos ante una franca recesión económica.

Asimismo, de acuerdo con el informe del segundo trimestre de 2020, emitido por la misma Secretaría de Hacienda, se prevé que la economía se contraiga 7.4%, lo que provocará una reducción de 287 mil 700 millones de pesos en los ingresos presupuestados. Además, los ingresos petroleros disminuirán en 179 mil 400 millones de pesos y los tributarios no petroleros decrecerán en 402 mil 500 millones de pesos.

En otras palabras, se tendrá mucho menor recurso para atender las necesidades básicas del gobierno y la población. 
Aunado a ello, nos enfrentamos a los gastos que representa la atención de la pandemia por Covid-19 y la necesidad de adquirir los instrumentos, vacunas y materiales necesarios para su mitigación.

Todo ello, en medio de un proceso electoral enorme, por el que se renovarán la cámara federal de disputados, 15 gubernaturas, mil 63 diputados de 30 legislaturas locales y mil 926 ayuntamiento en 30 estados de la república.

En este orden de ideas, ¿Qué podemos esperar del paquete económico para el 2021?, nada bueno: austeridad absoluta, recortes drásticos en la estructura de gobierno y disminución importante en programas sociales.  Frente a ello, como lo mencioné hace un año, el reto que enfrenta ahora el gobierno en turno es enorme, complejo y difícil; pues ahora no solo debe construir aquello que prometió, sino además hacerlo a contracorriente, con el riesgo latente de llevar al país a un estancamiento económico o a la banca rota.

El panorama no es nada alentador.  Ahora, tocará revisar de donde se buscará recortar la “cobija”, y quienes o qué sectores terminarán siendo los más afectados, mismos que eventualmente se sumarán a la ya de por sí “lista negra” de programas desaparecidos o proyectos cancelados, donde al final, lamentablemente, quienes terminan perdiendo son las y los ciudadanos.

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