Con todo este asunto del agua y cómo debe administrarse, es justo discutir el problema de que aparentemente nuestro planeta no es capaz de producir el agua que contiene. Hasta hace muy poco tiempo se pensaba que el vital líquido había llegado a la Tierra desde el espacio exterior. En este artículo haré un recuento de por qué se pensaba que el origen de la agua se encontraba en el espacio, de cómo se supone que llegó el agua a nuestro planeta y, para finalizar, de cómo se supone que ya se resolvió el problema.

La mayoría de las teorías que existen acerca del origen de la Tierra nos remontan hasta hace alrededor de 4.6 mil millones de años. De acuerdo con ellas y a través de modelos matemáticos, se llegó a la conclusión de que aún si la Tierra hubiera ya contenido agua, la hubiera perdido debido a que en aquella época había una gran cantidad de impactos de asteroides y cometas que se hubiera encargado de removerla.

Una manera de prevenir que el agua de la Tierra se perdiera es que ésta se depositara en el manto de nuestro planeta, algo que resulta posible gracias a lo que se conoce como la tectónica de placas; lo cual, por cierto, explica por qué la Tierra es el único objeto del sistema solar que contiene el vital líquido (de hecho, el robot “Oportunity” de la NASA, en imágenes de Marte parece haber encontrado señales que indican la existencia de agua emanando del interior de ese planeta, aunque no en forma líquida). Según esta teoría, el material terrestre se encuentra en continuo movimiento subduciendo de forma cíclica entre el interior y la corteza, de tal forma que el agua se podría ir almacenando en el interior. Sin embargo, algunos geofísicos piensan que la tectónica de placas empezó solamente un millón de años después de la formación del planeta, por lo que éste no pudo preservar el agua y que ésta tuvo que haber llegado más tarde. Sólo cuando el tectonismo empezó a trabajar pudo ayudar a preservar el agua que llegó a partir de ese momento.

Así que si el agua llegó a la Tierra cientos de millones de años después de su formación, cabe la pregunta de cómo lo hizo. Las dos fuentes principales son cometas y asteroides; la diferencia entre ellos es la facilidad con la que los cometas (que contienen mayor número de ingredientes) se volatilizan cuando se calientan. Se piensa que si tanto los cometas como los asteroides son húmedos, pueden traer con facilidad la cantidad de agua necesaria para explicar el contenido de agua en los océanos de la Tierra. No obstante, la decisión de a quién achacarle el origen del agua viene de los estudios de la composición química de cometas y asteroides. Según éstos, son los asteroides los que mejor explican el origen del agua en la Tierra, debido a que los tipos de hidrógeno contenidos en ellos se parecen más a los que tiene nuestro planeta.

Pero parece que ahora el problema ha dado un nuevo giro al haberse encontrado nuevas evidencias químicas que están relacionadas con el asteroide gigante Vesta, el cual se originó en la misma región que la Tierra.

En efecto, según un estudio reciente de la Institución Oceanográfica de Woods Hole (WHOI, por sus siglas en inglés), los meteoritos aparentemente provenientes de ese asteroide contienen una buena cantidad de agua y, tienen la misma composición química que los meteoritos llamados "condritas carbonáceas" y algunas rocas terrestres, así que de acuerdo con estos investigadores el origen del agua en la Tierra proviene de las condritas carbonáceas, por lo que la Tierra se formó al mismo tiempo que esos materiales. En otras palabras, la Tierra se formó como un planeta húmedo con agua en su superficie. Pero Vesta, como comenté arriba, se formó en la misma región que la Tierra. De esta manera, los océanos debieron haber llegado a nuestro planeta mucho antes de lo que se pensaba; según estos investigadores tan pronto como los 4.6 mil millones de años que tiene la Tierra de edad, cuando todos los cuerpos de la parte interna del sistema solar se estaban formando.

Google News