En los tiempos actuales, cuando se habla de nuevo de una temporada de vacas flacas, para una gran mayoría de ciudadanos del mundo, la abundancia es un término que ha decidido marcharse de vacaciones por tiempo indeterminado y sin saber exactamente cuándo podrá ser su regreso. Ello lleva necesariamente a modificar las expectativas y a buscar la manera más amable de hacer un par de agujeros extra al cinturón para que pueda ajustarse a la talla de las circunstancias. Además, hoy resulta muy difícil estimar el tiempo que durarán, durante y después de la pandemia de salud, las otras, la económica y la emocional, cuya estadística debe ser alta. Me parece que ello es consecuencia del rompimiento de varios ciclos a los que como humanidad aún nos aferramos en el largo proceso de aprendizaje generacional que la madre Naturaleza nos ha  venido enseñando en nuestra evolución.

Para otras especies como los osos Grizzly, que conocen de tiempos difíciles cuando termina el invierno en las regiones donde viven, saben que hay que esperar a lo largo de las estaciones hasta que la abundancia se les presente en un corto periodo que deben aprovechar al máximo para comer y acumular la grasa suficiente y necesaria para soportar la hibernación como cada año. Así lo muestra esta imagen de un personaje que sabe muy bien cómo, dónde y cuándo.

Ojalá y los seres humanos pudiéramos tener algunas pocas certezas más para hacer frente a un año atípico en el que el frío del otoño e invierno apenas nos saludan a sana distancia, en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

Twitter: @GerardoProal

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