Cada tres meses, el Inegi levanta la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU). Es un instrumento que, en la definición del Instituto, “enfoca la medición de percepciones y experiencias sobre la seguridad pública en zonas urbanas”. El ejercicio cubre a 70 ciudades que agrupan aproximadamente a la mitad de la población del país.

La ENSU incluye preguntas sobre percepción de seguridad, expectativas sobre la evolución del delito y victimización en el hogar, entre otros temas. Incorpora además un módulo con preguntas sobre la percepción de los ciudadanos sobre diversas instituciones de seguridad.

En la más reciente edición de la ENSU, publicada hace un par de semanas, se añadió a la Guardia Nacional (GN) a la lista de instituciones evaluadas por la ciudadanía de zonas urbanas. Permite por tanto tener una fotografía del arranque de la nueva corporación en la percepción pública. Van algunos apuntes:

1. Menos de una tercera parte (29.1%) de la población en los principales centros urbanos del país identifica siquiera a la Guardia Nacional (GN). Esto no sorprende, ya que la encuesta se levantó en junio antes del inicio formal de operaciones de la nueva corporación. Pero sí sugiere que el largo debate sobre la creación de la Guardia fue un asunto de minorías.

2. Entre los que sí conocen a la GN, 76.1% manifiestan tener algo o mucha confianza en la corporación. Y eso se ve muy bien hasta que se le compara con el nivel de confianza en la Marina y el Ejército (88.4% y 84.9%, respectivamente). Dicho de otro modo, el cambio de uniforme y adscripción de los militares se tradujo en una pérdida de 9 a 13 puntos porcentuales en la confianza de la población.

3. De hecho, la confianza en la GN no es considerablemente mayor a la que conserva la Policía Federal (67.5%). Asimismo, el nivel confianza en la Guardia Nacional es prácticamente idéntico al que tenía la Gendarmería (74.1%) en marzo pasado (el Inegi descontinuó la pregunta sobre esa división de la PF en la encuesta de junio).

4. Los datos sobre la percepción de eficacia son similares. De la población que identifica a la GN, 70.9% la considera muy o algo efectiva. Ese número está significativamente por debajo de las cifras comparables para la Marina y el Ejército (86.5% y 83.2%, respectivamente). Al igual que con la confianza, el tránsito de los militares a la GN resta puntos en esta dimensión.

5. Asimismo, la distancia con la PF es menor en este rubro que en el de la confianza: 65.3% de los encuestados consideraron que la PF es muy o algo efectiva. Y los números de la GN son básicamente idénticos a los que tenía la Gendarmería en marzo pasado (70.2%).

6. Los números no cambian mucho en aquellas ciudades donde la GN fue desplegada antes de su arranque formal. De hecho, son un poco peores. En Coatzacoalcos, ciudad vecina a Minatitlán, donde se estrenó la corporación en abril pasado, 60.1% de los entrevistados manifestaron tener mucha o algo de confianza en la nueva corporación (contra 62.1% para la Policía Federal). Sólo 56.5% consideró a la GN muy o algo efectiva (contra 53.9% para la PF). En Tapachula, donde se realizó un despliegue en junio para contener migrantes, el nivel de confianza y la percepción de eficacia fueron 70.3% y 66.9%, respectivamente.

Esta es apenas una primera medición. Habrá que ver qué sucede cuando más personas conozcan a la GN. Pero, de arranque, preocupan dos cosas:

1) la nueva corporación no hereda completo el prestigio de las fuerzas armadas, y 2) su ventaja en términos reputacionales frente a la PF no es muy significativa.

Por ahora, no parece haber sido muy buen negocio, en términos de percepción pública, el embrollo de crear a la GN.


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